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Acuerdo entre Rusia y Ucrania sobre la flota

Las delegaciones rusa y ucrania llegaron ayer en Kiev a un acuerdo sobre la flota del mar Negro, de la cual Ucrania se conforma con sólo una parte, según un comunicado común del que informa France Presse. En el documento, rimado al final de una jornada maratoniana en la capital ucrania, Kiev reconoce que sólo "una parte de las fuerzas del mar Negro entra en la composición de [sus] Fuerzas Armadas". Queda así por el momento resuelta una querella entre dos repúblicas de la extinta URSS, en la que la Comunidad de Estados Independientes (CEI) ha sido una comparsa o pantalla.

"Las partes constatan que las Fuerzas Armadas desplegadas en el territorio de Ucrania están compuestas [ ... ] por formaciones estratégicas de la CEI, con la excepción de una parte de las fuerzas del mar Negro, que entran en la composición de las Fuerzas Armadas de Ucrania", reza parte de una declaración común en la que las dos repúblicas más poderosas de las que han emergido de las ruinas de la URSS han puesto fin temporalmente a una preocupante discordia.Una delegación rusa encabezada por un experto jurídico, el viceprimer ministro Serguéi Shajrai, y, el asesor militar del presidente: Borís Yeltsin, general Konstantín Kobets, se habían trasladado ayer mismo a la capital de Ucrania, Kiev, para intentar resolver la disputa sobre la partición del Ejército Rojo y en concreto el futuro de la flota del Mar Negro, que reclamaban tanto Kiev como Moscú.

El compromiso alcanzado por los enviados de Yeltsin. con la delegación de Kiev, encabezada por el ministro ucranio de Industrias (te la Defensa, Víctor Antonov, soslaya, sin embargo, el problema de la importancia de las fuerzas que pasarán al lado ucranio, para lo cual las dos repúblicas han decidido "proseguir el trabajo a nivel de expertos de aquí a una semana".

Reunión inoperante

La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la CEI, que se celebró el pasado viernes en un lujoso palacete moscovita, resultó completamente inoperante.

Los ministros no fueron capaces de ponerse de acuerdo ni tan siquiera en fijar una fecha para la cumbre de jefes de Estado, si bien la agencia Tass aseguraba ayer que "medios próximos al Gobierno de Bielorrusia" afirman que la reunión se celebrará en Minsk el próximo día 24.

Rusia y Bielorrusia insistieron en su propuesta de crear un consejo permanente capaz de preparar la agenda de las reuniones de los, máximos dirigentes, pero Ucrania volvió a negarse. Los dirigentes de esta república huyen como de la peste de cualquier cosa que parezca un órgano permanente de la CEI que, según ellos, sólo valdría para reproducir la idea del centro.

Formalmente, la reunión terminó con buenas palabras y ni un solo acuerdo. Casi al mismo tiempo, las autoridades bielorrusas iniciaron un debate parlamentario sobre la necesidad de crear sus propias Fuerzas Armadas, aunque insistieron en que no seguirán la vía ucrania, sino que irán "con calina y mediante negociaciones".

Antes de conocer el acuerdo ruso-ucranio, el diario independiente ruso Nezavisimaya Gazeta aseguró ayer que Yeltsin prepara un decreto según el cual Rusia declara unilateralmente que asume todos los derechos y responsabilidades de la antigua Unión Soviética respecto al conjunto de las Fuerzas Armadas, "incluyendo las estacionadas fuera del territorio de la Federación Rusa".

Ucrania intentaba salir al paso de la ofensiva contraria a la partición del Ejército -y muy especialmente de su deseo de controlar la flota del Mar Negro- acusando a Rusia de mantener "un espíritu imperial" y de negarse a reconocer la evidencia de que trata con un país soberano.

El presidente Leonid Kravchuk -un antiguo comunista ortodoxo que tiene que hacer frente a un movimiento ultranacionalista conocido como Ruj- explicó ayer a un grupo de periodistas checoslovacos que no se puede admitir que Rusia se erija en única heredera de la URSS, ignorando las aportaciones de las otras repúblicas. "Tenemos paciencia, sentido del Estado y tacto, pero no podemos permitir que se nos trate como a una colonia", aseguró.

Los ánimos dentro del Ejército Rojo no mejoraron ayer al conocerse que guardias fronterizos lituanos intentaron el pasado viernes impedir el paso de un convoy militar que iba camino de Kaliningrado, un enclave ruso que quedó aislado en septiembre al proclamarse la independencia de la república báltica y en el que existe un gran base naval.

Incidente en Lituania

Vilna garantizó la libertad de paso por Su territorio y, de hecho, el acuerdo se ha venido manteniendo. Sin embargo, un grupo de guardias negó el viernes el paso a una columna de camiones militares rusos que, pese a la prohibición, saltó las barreras y prosiguió su camino. Los guardias dispararon al aire y a las ruedas, sin que la agencia Tass revele si hubo respuesta ni si se produjeron heridos.

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