El gesto del concejal
Haciéndose seguir de una legión de cámaras de televisión y de reporteros gráficos, un señor vestido de oscuro y rodeado de su séquito llega al hospital, saca de su bolsillo un fajo de billetes de los grandes y, mirando a las cámaras, se los entrega a una inocente niña postrada en una silla de ruedas a la que ahora todo el mundo quiere empujar, pero a la que entre todos la hemos llevado.Parece ser que este señor es quien manda en la zona Centro de Madrid, antes represor de artesanos y ahora benefactor de loteras, y que ha decidido- solidarizarse con la causa ofreciéndole su sueldo de concejal a esta niña para paliar en lo imposible las terribles huellas que el terrorismo maldito ha dejado en su cuerpo. Sólo dos cosas, señor concejal. El sueldo para un trabajador es tan sagrado como su propio trabajo. Un trabajador necesita su sueldo para alimentar y sustentar a su familia, y entregar el sueldo de un mes significaría no poder comer, no pagar el colegio de sus hijos, el recibo de la luz, y ni siquiera, en estas fechas, un regalo de Reyes. Usted no está donando su sueldo, llame a las cosas por su nombre: usted está entregando una parte de ese capital que es público que posee. Y en el próximo arrebato procure ser más fino y menos hiriente en los modales. Entregue un cheque o hágalo por transferencia bancaria, y sin tanta publicidad.-
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