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El bonobús subirá 150 pesetas

El divorcio de la Comunidad y el Ayuntamiento acarreará la mayor subida de los últimos seis años en el transporte público de Madrid. Tapar el agujero del 10% del presupuesto del consorcio para 1992 provocado por el Ayuntamiento supondrá una subida de tarifas del 40%.El millón y medio de personas que en septiembre de 1991 tenían un abono de transportes pasarán a pagar por la tarjeta de 3.000 a 4.200 pesetas. Cerca de medio millón de usuarios de los abonos de 10 viajes de metro o autobús tendrán que desprenderse de 600 pesetas en vez de las 450 que cuesta ahora. El billete sencillo se comprará por 160 pesetas, 20 más que la bajada de bandera de un taxi. De no ser por el recorte de los 6.000 millones, el incremento de las tarifas habría sido del 7%.

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El gerente del consorcio, Fidel Angulo, hizo el viernes una "llamada a la sensibilidad" para evitar la subida, ya que Madrid "no puede soportar un aumento de tarifas de esta envergadura". Angulo recalcó que se está jugando con la economía de los ciudadanos y con la calidad del servicio.

El consorcio tiene, sin embargo, dos alternativas para evitar la brutal subida del precio, del transporte: impugnar los presupuestos del Ayuntamiento, que el pasado 30 de octubre se tragaron los 6.000 millones en litigio, o aplazar inversiones previstas para este año hasta 1993. Esta segunda medida requiere el compromiso del Ayuntamiento para realizar las inversiones pospuestas.

¿Dónde está el malentendido técnico entre los socios del Consorcio de Transportes? La Comunidad esgrime el contrato programa firmado en 1990, yválido hasta 1993, en el que se fijaba para 1992 la asignación de 16.000 millones como aportación municipal.

El Ayuntamiento ha contestado a esta propuesta al menos con tres argumentos desde que el 2 de octubre anunció una rebaja de 4.000 millones, que aumentó en otros 2.000 al aprobarse los presupuestos. La respuesta más drástica es la del alcalde, José María Álvarez del Manzano, que asegura que nunca ha visto las cuentas del consorcio. En octubre amenazó con romper su compromiso con el organismo si la Comunidad no se las enseñaba. Incluso ha advertido que habría que iniciar una auditoría.

Leguina contestó fulminantemente: "Si se salen del consorcio, se van a comer el Metro y la EMT con patatas". La Comunidad cubre el 54% de las pérdidas de estos organismos.

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