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González afirma que la moderación salarial es un procedimiento progresista para crear empleo

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, Felipe González, hizo ayer un llamamiento a recuperar más impulso político sin abandonar el rigor económico y, paralelamente, pidió a los sindicatos moderación salarial para "abrir hueco en el mercado de trabajo". El líder del PSOE mostró su pesar por la falta de entendimiento entre el Ejecutivo y los sindicatos, al tiempo que insistía en que la moderación salarial es un sistema progresista para crear empleo. Momentos antes Alfonso Guerra había denunciado "la influencia de los tecnócratas que confunden lo instrumental con los objetivos políticos sustanciales".

Los números uno y dos del PSOE coincidieron en el acto de apertura del VII Encuentro sobre el Futuro del Socialismo, organizado por la Fundación Sistema, que preside Alfonso Guerra. Ambos políticos trataron de presentar una imagen unitaria, tras los últimos conflictos internos del PSOE. Entraron juntos en la sala -Guerra vestía plantalones vaqueros- acompañados de Txiki Benegas, secretario de Organización del PSOE, seguidos a unos metros por el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra.Se sentaron juntos y cruzaron sonrisas cuando uno de los ponentes, el veterano dirigente troskista Ernest Mandel, se confundió y señaló que España participaba en el bloqueo a Cuba. En la mesa les acompañaba Pierre Joxe, ministro de Defensa francés, y algunos teóricos socialistas entre los que descataban Adam Schaff y Philippe Schmitter.

No acudieron, sin embargo, algunas de las figuras invitadas como Achille Occhetto, secretario general del Partido Demócrata de la Izquierda, ex Partido Comunista Italiano, y Jorge Sampaio, secretario general del Partido, Socialista Portugués. Asimismo, sólo figuraban dos ministros del Gobierno González: Javier Solana y Matilde Fernández.

Doble llamamiento

Felipe González, que dedicó el grueso de su intervención a denunciar el peligro de los nacionalismos en el momento en que se dan pasos para la unidad europea, hizo una importante referencia a la necesidad de recuperar el impulso político que acompañó con una relativización de las políticas económicas. "No es verdad que haya respuestas económicas brillantes para cada problema" señaló como queriendo desmarcarse de las acusaciones de economicismo que se le hacen desde los sectores guerristas y de la tendencia Izquierda Socialista. González, que citó dos veces a Alfonso Guerra en su intervención, lanzó su mensaje en una sala llena de militantes socialistas, vinculados al número dos del PSOE.Pero González compensó su crítica al economicismo con un segundo llamamiento a los sindicatos. El presidente del Gobierno pidió a los sindicatos que se "corresponsabilicen en los esfuerzos para progresar". Previamente había señalado que en Inglaterra el número de huelgas se había reducido al 2% ó 3% y que ese era un argumento consistente que utilizaba el primer ministro británico, John Major, para defender su política conservadora.

En este sentido, apostó por "algún tipo de acuerdo" entre todas las fuerzas, "pues no es razonable que haya menos capacidad de entendimiento cuando se intenta en España que cuando se intenta en Gran Bretaña". El presidente del Gobierno precisó que los sindicatos no tienen toda la responsabilidad por la situación, pero que sí tienen una parte.

Hizo, en este sentido, una llamada al realismo, y denunció el riesgo de los debates teóricos en los que existe "la tentación de dibujar el futuro mientras gobierna la derecha el presente". Coronó su intervención con la tesis extendida en la izquierda actual: "Hay que huir de las propuestas globales y definitivas que lo expliquen todo. El socialismo siempre será un camino. Nunca una meta total".

La intervención de González se produjo ante la mirada consternada del veterano, troskista, Ernest Mandel, que unos minutos antes se había autodefinido como "un poquito subversivo" tras solicitar la desaparición de los ejércitos.

Alfonso Guerra que precedió a Felipe González realizó su discurso clásico: "La influencia exagerada de los tecnócratas de tendencia cegada confunde lo que es meramente instrumental con un objetivo político sustantivo sin prestar atención debida a los objetivos genuinamente políticos que son precisos para continuar avanzando". Guerra aprovechó la cita clásica a la respuesta del líder de la revolución soviética Lenin al socialista español Fernando de los Ríos, "Libertad. ¿Para qué?", para volverla contra los tecnócratas. "Cuando se les habla de igualdad, ellos contestan con la pregunta. Igualdad. ¿Para qué?" dijo.

Guerra mostró, sin embargo, una diferencia respecto a su intervención pública, hace un mes, en la sede de Ferraz, en la que hizo un llamamiento al cierre de filas frente al "poder del dinero". Ayer, más realajado, señaló que "los partidos de izquierda no deben encerrarse en problemas internos. Hay que abrirse a los nuevos problemas de la sociedad y mantener una sintonía permanente con los grandes problemas sociales". La advertencia de Guerra coincide con las vísperas de un debate polémico en el seno del Partido Comunista de España sobre su supervivencia o liquidación.

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