"Llegó el momento de la unión europea", dice Lubbers a sus socios de la CE
"Llegó el momento de poner a punto el tratado de unión europea", afirma el presidente de turno de la CE, el primer ministro holandés Ruud Lubbers, en la carta dirigida a sus socios comunitarios. Las negociaciones de las dos últimas semanas, así como los numerosos contactos bilaterales, han establecido, en su opinión, las bases de un acuerdo en Maastricht, en la cumbre del próximo lunes y martes.
La presidencia holandesa defiende que sus últimos proyectos de unión política y monetaria, "aunque no responden absolutamente a todos los deseos expresados", reflejan un "equilibrio razonable". Sin embargo, anuncia que, a la luz de los debates de Maastricht, podrá presentar nuevas propuestas sobre cohesión, política social y la "vocación federal" de Europa, tres de los temas de más difícil acuerdo.En cuanto a la "vocación federal", ya está consensuada una redacción alternativa ("una unión cada vez más estrecha de los pueblos europeos") pero la presidencia holandesa mantiene la tesis de que "el Reino Unido tendrá que pagar un alto precio", según dijo el ministro de Exteriores, Hans van den Broek.
La cohesión que reclama España se enfrenta a la oposición frontal de Luxemburgo, Holanda, Dinamarca y el Reino Unido. Francia y Alemania entienden la filosofía, pero no la práctica. Es decir, se oponen a tener que pagar más en el futuro para disminuir las contribuciones y aumentar los fondos de ayuda de los cuatro países menos ricos (España, Portugal, Irlanda y Grecia).
Al final, la vía de acuerdo se centrará en recoger los compromisos en un protocolo vinculante, España y Portugal exigen más. Piden que figuren en el tratado el principio de prosperidad relativa a la hora de pagar a la CE y un nuevo fondo estatal de convergencia. Felipe González mantendrá contactos con diversos líderes, entre ellos Helmut Kohl y Giulio Andreotti, hasta momentos antes del inicio de la cumbre, a las nueve de la mañana del lunes.
Política social
La política social, otro punto clave (por el rechazo británico), sólo ofrece una vía de consenso, fundamentada en una cláusula evolutiva, que permite a la CE echar a andar en este terreno casi exclusivamente bajo la norma de la unanimidad en los acuerdos.Pasados unos meses, se podría estudiar la introducción progresiva de la mayoría cualificada. La política exterior y de seguridad, las nuevas competencias de la CE, la codecisión del Parlamento Europeo y la cooperación judicial y policial son otros de los temas abiertos.
El acuerdo, aun de mínimos, es necesario, según Lubbers, porque "los pueblos de Europa, tanto en la Comunidad como fuera de ella, son conscientes de la importancia histórica". Para no secuestrar la cumbre, la presidencia ha eliminado de la agenda la discusión sobre Yugoslavia y Ucrania, que será analizada en un consejo extraordinario de ministros de Exteriores convocado para el próximo día 18.
Fuera de la unión política y monetaria, los Doce sólo aprobarán una declaración sobre la conferencia de paz en Oriente Próximo y otra de condena del racismo, la xenofobia y el ultranacionalismo. La violencia en algunos países comunitarios y las repercusiones electorales en otros (Bélgica es el más reciente ejemplo) obligan a dar una respuesta al auge de la ultraderecha.
La cumbre se iniciará con la discusión de la unión económica y monetaria. Por primera vez en un Consejo Europeo, al lado de los jefes de Gobierno no se sentarán sólo los ministros de Exteriores, sino también los de Finanzas. Los temas clave son decidir el paso por mayoría simple a la moneda única, si la unanimidad es imposible, y las cláusulas de exclusión para quedarse fuera de ésa, que solicitan Londres y Copenhague. Los debates de la unión política, según los más optimistas, acabarán en la madrugada del miércoles.
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