Felipe González suaviza ante Shamir sus críticas a Israel

El presidente Felipe González quiso aprovechar ayer la primera visita a Israel de un jefe del Ejecutivo español para ganarse la confianza de sus interlocutores y renunció a recordar la postura tradicional de su Gobierno y de la CE sobre el conflicto de Oriente Próximo.

Felipe González no perdió la ocasión para prodigarse en palabras cariñosas para los sefardíes los judíos de origen español que fueron expulsados de España hace 500 años. Todo lo más, recordó en el discurso improvisado -dejó de lado el texto escrito de antemano- pronunciado al término de la cena que le ofreció su homólogo israelí, Isaac Shamir, que "cree y defiende la existencia y seguridad de " Israel como cree y defiende el derecho de los palestinos a determinar su futuro".Alentó a su anfitrión a negociar ya sin formalismos, pero se abstuvo de condenar la política de asentamientos de población judía en Cisjordania y Gaza, y tampoco pidió a su interlocutor que aceptara cambiar paz por territorios.

El discurso fue, según los oyentes de González, más conciliador con Israel que los que el verano pasado pronunció su ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

Los integrantes del séquito presidencial vaticinaban, sin embargo, que González expondrá hoy de nuevo la tradicional postura española cuando reciba en el Consulado de España en el sector árabe de Jerusalén a una delegación palestina, encabezada por Faisal Huseini. Otras fuentes explican esta aparente cautela de González por su deseo de preservar un papel para España en ulteriores fases del proceso de paz que arrancó en Madrid.

V Centenario

Salpicado de anécdotas personales sobre su primer viaje a Israel en 1971 y su encuentro con un sefardí de Málaga, el discurso de la cena estuvo muy en línea con el que había pronunciado horas antes, al asistir, junto con el presidente de Israel, Jaim Herzog, a un acto de presentación del programa israelí en el V Centenario, que se convirtió en una ceremonia de conmemoración de los 500 anos de la expulsión de los judíos de España.

Shamir no fue, sin embargo, parco en elogios de la figura de un González al que agradeció su "confianza" ante la iniciativa de paz lanzada en 1989 por Israel, y enterrada poco tiempo después, al tiempo que reiteraba su "decepción" por la actitud del ministro holandés de Exteriores, que representa al conjunto de la CE.

Horas antes, el presidente de la Kneset (Parlamento), Dov Shilansky, también ensalzó en una sesión plenaria, a la que asistió una quinta parte de la Cámara, la participación personal decisiva de nuestro distinguido huésped" en el proceso de paz de Oriente Próximo.

Durante hora y media a solas, hablando en francés y sin intérpretes, Isaac Shamir también alabó a Felipe González, al que le dijo que "se había garantizado un lugar en la historia". Pero le pidió además que aprovechase sus buenas relaciones con los árabes para convencerles de que negocien directamente con Israel, prescindiendo de esos foros internacionales que tanto desagradan al Gobierno israelí.