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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La PAC y los patos

No sólo el Pato Donald tiene interés en ver la Política Agraria Común desmantelada. Don Garza y Don Ánade, antiguos señores de las Tablas de Daimiel, quieren recuperar su señorío, pero saben que éste no les será devuelto hasta el día en que la PAC muera. Don Ánade me decía, tiempo ha, que por culpa del sistema de ayudas agrícolas las Tablas, otrora vergel húmedo, tornáronse en patético y desalentador desierto. Los agricultores, sabedores de que su producción, por cara, ineficiente y dañina que sea, será comprada por el Estado o la CE, se dedican a verter fertilizantes químicos y pesticidas sobre los campos y a desangrar al Guadiana. Seguía su argumento: "Si permitiésemos que la producción agrícola se sometiese a la disciplina de mercado, no sólo los ríos volverían a rebosar y mi señorío sería devuelto, sino que los consumidores se beneficiarían de los precios mas bajos de los productores extranjeros, que, por ejemplo, cultivan maíz sin necesidad de riego, y la Comunidad Europea en su totalidad se vería liberada de la enorme carga fiscal que la PAC supone". Yo le repliqué: "Eso está muy bien, pero, ¿no perderían los agricultores su forma de vida y su empleo?". Con buen juicio me respondió: "¿De qué les sirve ganar una precaria forma de vida si pierden su alma? Además, no se perdería toda la actividad agrícola, sino que la misma . se especializaría en la producción de aquellos cultivos que se ajustan a las características del suelo y clima españoles, y con todos los recursos financieros que se ahorrarían como consecuencia del corte de los subsidios y del pago de precios más bajos habría más que suficiente para formar a los agricultores y mantener su poder adquisitivo durante el periodo transitorio de readaptación".Este verano fui al funeral de su esposa. Ella quiso ser enterrada en Daimiel. Fue difícil consolar la tristeza de sus hijos mientras la seca tierra crujía al absorber con sedienta avidez las pocas lágrimas que de sus enrabiados rostros brotaron.-

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