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Tribuna:LA REFORMA ECONÓMICA Y EL SISTEMA CAMBIARIO
Tribuna
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El ecu, moneda de referencia para el centro y el este de Europa

y ALFRED STEINHERREn la dificil tarea de transformar su sistema económico, los países del centro y del este de Europa (PCEE) están obligados a abrirse al exterior para facilitar la utilización racional de los recursos. Al mismo tiempo, estos países necesitan restablecer la estabilidad de las principales variables macroeconómicas. En estas circunstancias, una decisión de trascendental importancia es la elección del régimen de tipo de cambio y de las políticas de acompañamiento adecuados.Los países nórdicos han decidido recientemente fijar el tipo de cambio de sus monedas a la unidad de cuenta europea (ecu), en un esfuerzo por acercar sus mercados a los comunitarios, y de ese modo beneficiarse de la estabilidad monetaria global de la Comunidad Europea. En este artículo se propone que el PCEE adopte una medida semejante, a pesar de sus dificultades internas.

En los países del centro y del este de Europa existe en la actualidad un exceso de demanda de bienes procedentes de los países desarrollados y una fuerte demanda latente de activos financieros denominados en monedas fuertes. El establecimiento de un régimen de tipo de cambio flotante en esos países correría, por tanto, el riesgo de generar una gran inestabilidad cambiaria en sus mercados, fenómeno que se vería acentuado por la previsible estrechez de los mismos durante los próximos años .Un sistema de tipos de cambios fijos pero ajustables sería una opción menos arriesgada, aun cuando probablemente un doble sistema de cambios podría proporcionar una vuelta a la convertibilidad más gradual y acomodada a las necesidades de esos países.

Los tipos de cambio fijos ofrecen la ventaja de ejercer una, cierta disciplina sobre quienes deciden la política económica interna. Al mismo tiempo, y siempre que el tipo de cambio aparezca acompañado de las medidas necesarias para garantizar su credibilidad, un sistema de tipo de cambio fijo facilita el proceso de toma de decisiones en el sector externo de la economía.

Varias divisas

De los 152 países sobre los que el Fondo Monetario Internacional (FMI) facilita información, sólo 18 han adoptado un sistema de tipo de cambio libremente flotante. Todos los demás mantienen tipos de cambio que guardan una relación determinada con una o varias monedas. En la elección de una referencia para establecer la política cambiaria parece más lógico inclinarse por una magnitud que recoja la evolución media de varias divisas frente a la propia, en lugar de hacerlo frente a una sola. Esta ha sido, por otro lado, la solución adoptada por la mayoría de los países.

En efecto, alrededor de 40 divisas están fijadas en función del derecho especial de giro (DEG); las monedas pertenecientes al Sistema Monetario Europeo (SME), por su parte, mantienen una relación preestablecida con el ecu, y, por último, el comportamiento de otras 30 monedas -entre las que se encuentran las de los países del centro y del este de Europa- se establece sobre la base del tipo de cambio medio efectivo de las mismas.

Como es conocido, un tipo de cambio medio efectivo no es sino una testa de monedas basada, por lo general, en los tipos de cambio bilaterales y cuya participación se establece en función de la estructura del comercio exterior de cada país. Ello implica que la influencia del tipo de cambio de la moneda de un país determinado sobre la de otro es mayor en la medida en que lo sean las relaciones comerciales entre ambos países. El establecimiento de una política cambiaria basada en el tipo de cambio medio efectivo presenta, sin embargo, algunos inconvenientes. El primero es que los flujos comerciales son sólo un aspecto del valor externo de una moneda; los flujos de servicios y de capital tienen, por lo menos la misma importancia que los derivados del comercio de mercancías, sin que la distribución geográfica de 'todos ellos tenga por fuerza que coincidir. Un segundo inconveniente reside en que los tipos de cambio medio efectivos no son directamente observables, lo que dificulta el conocimiento por el mercado de la política de tipo de cambio establecida por las autoridades y el análisis posterior de su evolución y de su adaptación a los objetivos preestablecidos.

Por todas estas razones, muchos países han optado por fijar la evolución del tipo de cambio de sus divisas en relación a una cesta tipo, como el DEG o. el ecu. Este último presenta, sin embargo, una ventaja decisiva sobre el Primero, al ser una moneda que se negocia en la mayoría de los mercados de cambios y en la que está denominada una gama muy amplia de instrumentos financieros. En lo que se refiere específicamente a los PCEE, la elección del ecu como referencia se ve, además, apoyada por el hecho deque la mayor parte del comercio exterior de estos países con Occidente está concentrado en la Comunidad Europea.

Por otro lado, bajo un sistema de cambio fijo, un pequeño país sólo puede, como máximo, alcanzar la estabilidad monetaria de la moneda a la que ha decidido adherirse. Esto implica que si un país intenta conseguir una cierta estabilidad monetaria deberá fijar su tipo de cambio al de una moneda estable, que se convierte en el ancla de su sistema monetario. En este sentido, el riesgo implícito en la elección del ecu como ancla es mucho menor que en el caso de una moneda individual, dada la presente naturaleza de cesta de la unidad de cuenta europea. Fenómeno, por último, que se ve reforzado por la circunstancia de que algunas divisas más fuertes del mundo forman parte de la composición del ecu.

Comercio exterior

Consideraciones de tipo financiero y político se unen a las cambiarias en favor de la elección del ecu como moneda de referencia para los PCEE. Entre las más notorias cabe citar que el comercio exterior de dichos países está ya, en gran medida, negociado y establecido en monedas europeas. Al mismo» tiempo, una gran mayoría de los préstamos concedidos a los mismos, tanto procedentes del sector privado como del público bilateral, han sido otorgados en divisas europeas. Finalmente, los préstamos, y en su caso las subvenciones de la Comunidad Europea, del Banco Europeo de Inversiones y del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, están denominados básicamente en ecus.

La utilización del ecu como ancla resulta también particularmente atractiva desde el punto de vista político. Durante los próximos años, la Comunidad Europea intensificará su cooperación con los PCEE. El desarrollo y ampliación de acuerdos ' comerciales, concediendo libre acceso a las exportaciones de estos países a los mercados de la CE, el apoyo comunitario a la creación de una unión de pagos del centro y este de Europa basada en el ecu Pueden ser pasos importantes hacia futuros acuerdos de asociación y, en tiempo oportuno, al ingreso de muchos de ellos en la Comunidad. En paralelo a esta evolución, el Sistema Monetario Europeo devendrá probablemente una unión monetaria europea con una moneda única, que será un ecu desprovisto de su carácter de cesta de divisas. Por todas estas razones, el ecu nos parece la elección óptima como referencia a la hora de establecer la política de tipo de cambio de los PCEE.

La fijación de la moneda nacional en relación al ecu lleva aparejada en buena medida la necesidad de mantener una parte de las reservas exteriores del país en esa unidad de cuenta. Esta circunstancia, que no es sino la consecuencia natural de la necesidad de intervenir en ecus en el mercado de cambios, facilita y haría menos arriesgada la instrumentación de la. política de reservas exteriores en los PCEE.

El ecu privado comparte en la actualidad con la libra esterlina -el cuarto lugar como moneda de reserva en el mundo. Se encuentra así detrás del dólar estadounidense, del marco alemán y del yen japonés, y por delante del franco francés y del franco suizo. La constitución de reservas exteriores de divisas en ecus se ha visto favorecida en los últimos años por el progresivo desarrollo de un mercado financiero denominado en dicha moneda. En esta evolución han jugado un papel determinante, entre otros factores, las emisiones en ecus realizadas por los Tesoros británico e italiano, así como las emisiones de títulos a corto plazo del Banco Europeo de Inversiones y otros emisores de calidad. Se espera que otros Gobiernos sigan el ejemplo del británico y del italiano en el futuro; por el momento, muchos de ellos y la mayoría de las organizaciones internacionales emiten con regularidad obligaciones en ecus a muy largo plazo y con un grado de liquidez suficiente.

Los países del centro y del este de Europa podrían también emitir sus propios pagarés denominados en ecus para endeudarse en el exterior. Ello implicaría que, en la medida en- que el tipo de cambio de dichos países se mantuviese estable frente al ecu, su endeudamiento en esta moneda se vería libre del riesgo de cambio.

Pára concluir, el establecimiento de un sistema de tipo de cambio fijo parece deseable para los países del centro y del este de Europa, tanto por razones de orden externo (integración en la economía mundial) como po consideraciones de orden interno (estabilidad monetaria y generación de confianza). De similar importancia son dos decisione que se derivan de la anterior que conciernen a la elección de ancla y el grado de fijación de la moneda.

El caso de Alemania

Por lo que se refiere a la primera determinación, existen sólido argumentos políticos, económicos y financieros que abogan e favor de la utilización del ecu como ancla en dichos sistema monetarios. Respecto a la segunda, hay un amplio espectro de posibilidades de ajuste, que va desde un sistema. preestablecido de gradual depreciación (crawling peg) hasta la fijación absoluta del tipo de cambio.

La unificación de Alemania muestra las ventajas (básicamente, rapidez de la. reforma y estabilidad de precios) y las desventajas (desempleo) de una unión monetaria. Para adherir un país determinado a una unión monetaria bastaría,con otorgar a la moneda de dicha unión poder liberatorio de pago en dicho país limitar su expansión monetaria interna en función de las reserva exteriores de divisas.. Por las razones antes comentadas, la elección más apropiada para lo PCEE sería, de nuevo, el ecu Este sistema, que es sin duda muy eficaz, podría resultar muy limitativo en el caso de los países más grandes del centro y del este de Europa.No obstante, una medida de este tipo sería probablemente de utilidad en los pequeños países bálticos, como fue históricamente para Hon Kong y Singapur.

Miguel Á. Arnedo Orbañanos y Alfredo Steinherr son, respectivamente, vicepresidente y jefe de departamento del Banco Europeo de Inversiones de Luxemburgo.

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