Un primer análisis de los órganos de Maxwell apoya la tesis de muerte natural
Los médicos del Instituto Anatómico Forense de Las Palmas de Gran Canaria, Carlos López de Lamela y María José Meilán Ramos, señalaron ayer en el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid, que los primeros resultados que se conocen de los análisis de las muestras orgánicas del cadáver de Maxwell no han modificado la hipótesis inicial de que el magnate británico falleció, el pasado día 5, de muerte natural.
Los dos forenses de Canarias que practicaron la autopsia al editor indicaron que, aunque parece confirmarse que Maxwell sufrió un fallo cardiorrespiratorio, no es posible determinar aún con certeza qué fue lo que provocó dicho paro.
Este dictamen será entregado a la juez instructora del caso, en Tenerife, Isabel Oliva, quien tendrá que resolver si archiva el asunto o abre nuevas diligencias. El director del Anatómico Forense de Las Palmas, López de Lamela, reconoció que Maxwell tenía una pequeña erosión detrás de su oreja izquierda, pero restó importancia a dicho detalle.
El forense tampoco concedió interés a que la víctima apareciera desnuda, argumentando que las corrientes marinas despojan de la ropa a los cuerpos a la deriva. Los especialistas del Toxicológico de Madrid han realizado análisis de muestras del pulmón de Maxwell (sólo poseía uno) para comprobar si existen rastros de gases, medicamentos o microorganismos marinos en dicho órgano.
El médico indicó que en el caso de que se detectara algún agente tóxico habría que determinar por qué vía le fue introducido. López de Lamela informó que los profesionales del Toxicológico hallaron restos de plátano en el aparato digestivo del editor.
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