"Maastricht consolidará la dualidad entre ricos y pobres,según el director de Pobreza-3, de la CE

LUCÍA ARGOS, Cincuenta millones de pobres europeos -uno de cada siete ciudadanos, según la CE- golpean las puertas de Maastricht para recordar que la integración sólo desde la perspectiva económica implicará una devaluación social. "El mercado único consolidará la Europa dual entre pobres y ricos", afirmó la pasada semana en Luxemburgo Georges Abu Sada, director del programa Pobreza-3, de la Comisíón Europea. La CE considera pobres a los que viven con la mitad de la renta media nacional. Los más afectados son las mujeres, los jóvenes y los parados de larga duración.

"Si Europa es sólo la Europa de las empresas será una catastrofe", insistió Abu Sada. Los estudios estadísticos de la Comunidad Europea confirman en la actualidad la existencia de 50 millones de pobres en los países miembros. En esta categoría se incluye a los ciudadanos que perciben la mitad de la renta per cápita media nacional. Según este baremo, en España habría ocho millones de pobres: ocho millones de ciudadanos que vivirían con rentas inferiores a las 600.000 pesetas anuales la renta per capita es de 1.200.000 pesetas-."Muchos observadores consideran que España es el país con mayor futuro económico en Europa. Pero el crecimiento económico no elimina la pobreza , beneficia a ciertas categorías y excluye a otras", explicó Abu Sada durante la celebración en Luxemburgo de unas jornadas sobre Pobreza y Exclusión Social. Sadacree que es responsabilidad de cada Estado garantizar el reparto social solidario y recuerda, a este respecto, que España tiene la cota más alta europea de contratos temporales (un tercio de sus trabajadores, según la CE).

Los nuevos pobres europeos, herederos directos de la crisis económica de los setenta, han cambiado de rostro. Gracias a los programas sociales, la pobreza ha disminuido entre las personas mayores, pero ha implicado más a las poblaciones en edad laboral y a sus hijos. La CE establece tres categorías: la llamada pobreza laboriosa, con unos ingresos modestos y condiciones de vida precarias; el grupo de personas con ingresos irregulares, entre ellas jóvenes en busca de empleo y mujeres sólas con cargas familiares, y finalmente el llamado cuarto mundo, formado por la capa social más baja, dependiente de los servicios sociales y cuya miseria se repite de generación en generación.

Como datos de esta reafidad, un 22% de los hogares europeos son . monoparentales (generalmente de una mujer con hijos); la tasa de actividad de las mujeres es del 56% -del 40% en España- y las que trabajan cobran salarios un tercio menor que los hombres; entre uno y dos millones de europeos no tienen hogar, mientras 12,5 millones están en paro (la mitad, de larga duración). Una de las mayores preocupaciones es la dificultad de los trabajadores de baja cualificación para adaptarse a una Europa de modernas tecnologías.

La euforia sobre los beneficios del mercallo único no acalla el debate sobre sus consecuencias directas en una agravación de la exclusión social. "Los temas de sociedad no se exprimen en el laboratorio tecnocrático de Bruselas", afirmó Franco Chittolina, de la Dirección General de Información de la Comisión Europea, quien abogó por una mayor presencia de la información social, "pero no destinada sólo a mejorar nuestra propia imagen". "Hay que cubrir la Comunidad de paisaje humano", abogó.

Acciones en España

La CE tiene capacidad para tomar iniciativas preventivas o acciones social contra la miseria. En estas últimas se enmarca un programa que, bajo el epígrafe genérico de Pobreza, ya está en su tercera fase. Si los dos primeros fueron de investigación sobre necesidades y recursos, Pobreza-3 ha puesto en marcha 39 acciones en los 12 países comunitarios, con un presupuesto de 55 millones de ecus - unos 7.150 millones de pesetas-, que se multiplican por dos con aportaciones de cada Gobierno.

Cuatro de estas acciones se localizan en España. La primera, en la comarca burgalesa de Montes de Oca, afectada por un grave declive demográfico y de empleo. La estrategia, en varios frentes, persigue modemizar el sector agrícola, potenciarlos recursos turísticos de la zona y mejorar el nivel educativo de la población.

Otra zona de acción se localiza al este de la ribera del Onyar, en Gerona, con un 80% de la población en situación de pobreza. Las acciones se centran en la integración escolar y en ayudas al desarrollo de familias gitanas y portuguesas. En las Marismas de Odiel, en Huelva, los objetivos han sido también los niños, además de sensibilizar a la población - sobre medidas higiénico-sanitarias dadas sus precarias condiciones de vida. Un cuarto proyecto desarrolla en Madrid capitalprogramas de rehabilitación para disminuidos psíquicos,