Nimes consagrará un grandioso funeral al torero Nimeño II
El diestro se ahorcó el lunes en su casa de la ciudad francesa
La catedral de Nimes será el escenario de los solemnes funerales que el mundo taurino francés rendirá mañana al diestro Christian Montcouquiol, Nimeño II. El obispo de la Sevilla francesa celebrará la ceremonia religiosa. Desesperado por la imposibilidad de volver a torear, Nimeño II se ahorcó el lunes en su residencia campestre de las cercanías de Nimes. Tenía 37 años, estaba casado y era padre de dos hijos.El trágico final del mejor y más célebre matador francés de todos los tiempos fue aprovechado por la Sociedad Nacional para la Defensa de los Animales (SNDA) para pedir una vez más la prohibición de las corridas de toros en Francia. "No es suficiente lamentar el suicidio de un torero; hay que eliminar toda posibilidad de reincidencia", afirmó esta sociedad que reúne a más de 250 grupos y asociaciones francesas de defensa de los animales.
La tauromaquia es "una tara" y "una fuente de sufrimientos para los animales y a veces también para los hombres", dijo la SNDA en la que fue la única nota de discordia en un concierto de sinceros lamentos por la desaparición del diestro criado en Nimes. Todos los medios de comunicación atribuyeron el suicidio del diestro a su desesperación por la imposibilidad de volver a torear, pese al titánico esfuerzo que había realizado para recuperarse de la lesión de cervicales provocada por la cogida sufrida en el coso de Arles el 10 de septiembre de 1989.
"Empezábamos a creer en el milagro, pero en el secreto de su habitación Nimeño II sabía muy bien que no podría volver a torerar", escribió en Claude Mattei en Le Provenpal. Nimeño II, proseguía Mattei, "sólo vivía para combatir con los toros, y son los terribles toros interiores los que le empujaron a la muerte. Los mismos que condujeron a Montherlant al suicidio porque se estaba quedando ciego; los mismos que armaron el brazo de otro matador aún más célebre, Belmonte, que se pegó un tiro a los 70 años a causa de una mujer ".
En Libération, Jacques Maigne sentenció: "Gran torero francés, gran torero simplemente, como dice Simon Casas, Nimeño II ha roto el espejo gris que le separaba de sus sueños de oro, de luz y de sangre. Christian Montcouquiol se ha matado por amor, por pasión amorosa".
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