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EL CLUB DE ROMA Y LA DÉCADA DE LOS NOVENTA

El príncipe Felipe defiende, en Uruguay la ecología y el reparto del bienestar

ENVIADA ESPECIAL, El principe de Asturias mostró ayer en Montevideo, en la apertura de la reunión anual del Club de Roma, su repulsa frente a la degradación ecológica que se ha producido "por culpa del egoísmo de muchos" y expresó su esperanza de que el mundo, superada la división entre los bloques, alcanzará mayores cotas de bienestar que deberán estar mejor repartidas.

"El mundo, que durante siglos se ha visto dividido y enfrentado, comienza a ser distinto y permite hacer realidad las mejores esperanzas dijo don Felipe, "pese a tanto sufrimiento y depredación por culpa de los egoísmos de muchos. Es gratificante comprobar cómo lo mejor del espíritu de las mujeres y de los hombres de esta paciente humanidad ha ido fructificando en forma de extraordinarios logros culturales, científicos y materiales, hasta alcanzar cada vez mayores cotas d e libertad, justicia y bienestar, que creemos aún insuficiente y sobre todo mal repartidas". "Creo que es importante asegurar un progreso creciente y sostenible"., continuó el Príncipe, "aprender a vivir en armonía entre los hombres y la biosfera y convivir en una democracia realmente participativa"·.

Este mensaje, cuyas ideas básicas se reiteran en los discursos del heredero desde hace casi un año, parece que forman parte de la ideología central del Príncipe, quienaprovechó las 13 horas de vuelo Madrid-Montevideo para estudiar, repasar y reescribir los discursos que le prepara el Ministerio de Asuntos Exteriores. La capital uruguaya es la primera etapa de la visita del Príncipe a Uruguay y México.

'Un mundo en cambio'

El heredero pronunció este discurso durante la apertura en la capital uruguaya de la reunión anual del Club de Roma, basada en el tema Un mundo en cambio y con particular referencia a Latinoamérica. El Club de Roma, que preside el español Ricardo Diez Hochleitner, es una entidad privada que fue fundada en la década de los setenta por el italiano Aurelio Pecel. El propio Príncipe lo definió en su discurso como "una eminente institución que de una forma rigurosa reflexiona con alcance universal -en defensa del patrimonio cultural y natural de todos los hombres sin tener en cuenta fronteras ideológicas ni geopolíticas".

La primera jornada de don Felipe se inició con la ofrenda de una bandera con claveles rojos y amarillos ante el monumento del general José Gervasio Artigas, impulsor de la independencia de Uruguay frente a los españoles, proclamada en 1830.

Después recibió las llaves de oro de la ciudad de Montevideo de manos de su alcalde, Tabarés Vázquez, el único alto cargo público uruguayo que pertenece a una coalición de izquierdas. Posteriormente, se entrevistó con el presidente Luis Alberto Lacalle.

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