lowa, la primera prueba
Puede parecer mentira que el destino de un país como EE UU comience a decidirse en un lugar como lowa, pero así es. El Estado de lowa será, el próximo mes de febrero, la primera prueba para los candidatos demócratas que buscan la nominación para la presidencia de la nación. La tradición prueba que, de lo que ocurra en lowa y posteriormente en New Hampshire, depende en buena medida el futuro de los aspirantes.Uno de los principales graneros de EE UU lowa es de esos territorios de la América profunda donde este país ofrece más crudamente el doble espectáculo de su grandeza y de su autocomplacencia.
"¿Los principales problemas aquí? Mire a su alrededor y búsquelos", contesta uno de los agricultores que nació, creció y morirá en sus tierras entre Cedar Rapids y lowa City. Alrededor hay campos ricos impecablemente labrados granjas rosas con antenas parabólicas, manadas del mejor ganado, autopistas de tres carriles en cada dirección, oficinas de Correos, varias orquestas sinfónicas, restaurantes atendidos por mujeres que trabajan allí como podrían trabajar en una obra benéfica, jóvenes robustos con camisas de franela a cuadros, iglesias de distintas confesiones y una de las mejores universidades del país. No hay drogas, no hay delincuencia, y sólo un brote de desempleo en la suficientemente desarrollada industria local. Es otra América. Una América con demócratas y republicanos, con progresistas y conservadores, con más blancos que negros y con pocos hispanos, una América con tanta o mayor influencia, pero menos conocida, que la América de los rascacielos.
En lowa están preocupados por si mintió Clarence Thomas o mintió Anita Hill, pero no saben quién gobierna en España. No tienen gran interés por lo que ocurra en la Conferencia de Madrid, pero decidirán cuidadosamente su voto cuando escuchen lo que proponga cada candidato sobre el mercado del maíz, el aborto y la calidad de la enseñanza.
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