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LA DESAPARICIÓN DE ROBERT MAXWELL

Shamir rinde homenaje a la memoria de Maxwell

Conmocionado por la muerte de uno de sus principales aliados, Israel rindió ayer homenaje a la memoria de Robert Maxwell, y el primer ministro, Isaac Shamir, desmintió versiones de que el magnate británico blanqueó dinero procedente de ventas secretas de armas a Irán. En medios extraoficiales se dijo que los restos de Maxwell serían sepultados en Israel, pero hasta anoche no había confirmación del Gobierno.

La primera reacción israelí fue de incredulidad. Luego vino el pesar e, inevitablemente, la sospecha que el Gobierno de Tel Aviv trató velozmente de disipar.La muerte de Maxwell asestó un duro golpe al Gobierno conservador de Isaac Shamir. El veterano dirigente del Likud era un amigo personal del magnate británico, un detalle que la prensa israelí subrayó publicando en primera plana fotografías de los numerosos encuentros entre ambos en un ambiente de evidente cordialidad. Un corpulento Maxwell posando al lado del diminuto líder israelí hace sólo unos meses. La sonrisa de ambos lo decía todo.

El mensaje de condolencia de Shamir evocó ese grado de proximidad: "Me he enterado con gran pesar de la prematura muerte de mi amigo Robert Maxwell. Que Dios bendiga su memoria", dijo el mensaje enviado a los familiares del magnate. "Lo conocí, sobre todo en los últimos tiempos, como una persona que invirtió dinero en la industria israelí y ofreció poner sus amplios contactos en la escena internacional al servicio de Israel".

Aunque Maxwell vendió recientemente parte de sus acciones, seguía siendo considerado como el principal inversor extranjero en el estado hebreo. Sus intereses incluyen el 70% del diario Ma´ariv, el 18,5% de la industria farmaceútica Teva y el control de la casa de publicaciones Keter. Pertenecía además a la dirección del Jerusalem Post.

Mentís a las sospechas

El Gobierno israelí fue enérgico al desmentir que los vínculos de Maxwell eran mucho más que comerciales, sentimentales o religiosos. Ehud Gol, portavoz del despacho de Shamir, desmintió categóricamente un informe, según el cual, el multimillonario británico que transformó el Grupo Mirror en la base de un imperio comparable al poder del legendario Ciudadano Kane de Orson Wells, había blanqueado ganancias procedentes de la escandalosa venta de armamento a Irán.

"Eso es absolutamente absurdo", dijo Gol horas después de que Ari Ben Menashe, un ex agente secreto israelí, dijera públicamente que Maxwell estaba implicado en lo que más tarde se conoció como el asunto Iran-Contra, la mas traumática pesadilla de la Administración Reagan.

Ben Menashe desveló a la agencia Reuter que la venta de armas de arsenales de Europa Oriental tuvo lugar entre 1984 y 1987 con autorización de Shamir y conocimiento de George Bush, entonces vicepresidente de los Estados Unidos. Maxwell "tenía un completo control de ello y por tanto sabía lo que estaba ocurriendo", dijo.

Ben Menashe fue una de las principales fuentes de información que ayudaron al célebre periodista norteamericano Seymour Hersh, cuyas revelaciones en su reciente libro La Opción Sansón: Israel, Estados Unidos y la Bomba, han sacudido el establishment político en Estados Unidos y Reino Unido. El libro denunció que uno de los empleados de Maxwell, el jefe de la sección de internacional del Daily Mirror, era en realidad un espía al servicio del Mossad, los servicios secretos de Israel. Maxwell, de origen judío, fue en los últimos años ochenta uno de los miembros más activos de la comunidad judía británica y recientemente fue galardonado por el Museo del Holocausto en Jerusalem. La madre del magnate de la prensa británica, que perteneció a la corriente laborista del sionismo, murió en el campo de concentración nazi Auschwitz.

Poco antes de morir, Maxwell preparaba un discurso contra la Conferencia de Paz de Oriente Próximo y el presidente Bush por denegar los créditos a Israel si continuaba su política de establecer nuevos asentamientos en los territorios ocupados.

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