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LA CONFERENCIA DE MADRID

"El pueblo palestino es uno"

"Nosotros, el pueblo de Palestina, estamos ante vosotros con todo nuestro dolor, nuestro orgullo y nuestra expectativa, ya que durante mucho tiempo hemos tenido un anhelo de paz y un sueño de justicia y libertad. Durante demasiado tiempo, el pueblo palestino no ha sido escuchado, y ha sido silenciado y rechazado; nuestra identidad, negada por conveniencias políticas; nuestra justa lucha contra la injusticia, denigrada, y nuestra existencia real, aplastada por la tragedia del pueblo judío en el pasado.Durante la mayor parte de este siglo hemos sido víctimas del mito de una tierra sin pueblo, y descritos con impunidad como los palestinos invisibles. Ante tan cruel ceguera, nos hemos negado a desaparecer o a aceptar que nuestra identidad fuera distorsionada. Nuestra Intifada es un testimonio de nuestra perseverancia y resistencia, encuadrada en una justa lucha para volver a conseguir nuestros derechos.

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Ya ha llegado la hora de contar nuestra propia historia, de testimoniar como abogados de una verdad que durante mucho tiempo ha estado enterrada en la conciencia del mundo. No estamos ante vosotros para mendigar nada, sino para llevar la antorcha de los que saben que en nuestro mundo actual la ignorancia nunca puede ser una excusa. No buscamos ni que se admitan culpas, ni una venganza por las iniquidades del pasado, sino un acto de voluntad que sirva para convertir en realidad una paz justa.

Los copatrocinadores nos han invitado aquí hoy para presentar nuestro caso y comunicarnos con los otros, con quienes hemos tenido que hacer frente a una realidad mutuamente exclusiva en la tierra de Palestina. Pero incluso en la invitación a esta Conferencia de Paz, nuestra versión fue distorsionada y nuestra verdad sólo parcialmente reconocida. El pueblo palestino es uno, fusionado por siglos de historia en Palestina, unido por una memoria colectiva de penas y alegrías compartidas, y que comparte una unidad de propósitos y de visión.

La invitación a discutir la paz, la paz que todos deseamos y necesitamos, llega a sólo una parte de nuestro pueblo. Ignora nuestra unidad nacional, histórica y orgánica. Venimos aquí separados de nuestros hermanosy hermanas en el exilio para presentarnos ante vosotros como los palestinos bajo la ocupación, aunque mantenemos que cada uno de nosotros representa los derechos e intereses de todos. Se nos ha negado el derecho a reconocer públicamente nuestra lealtad a nuestros líderes y nuestro sistema de gobierno, pero la fidelidad y lealtad no pueden ser censuradas o divididas.

Nuestro reconocido liderazgo es más que un simple liderazgo democráticamente elegido por todo el pueblo palestino. Es el símbolo de nuestra identidad y unidad nacional, el guardián de nuestro pasado, el protector de nuestro presente y la esperanza de nuestro futuro. Nuestro pueblo lo ha elegido para confiarle su historia, as¡ como la preservación de nuestro valioso legado.

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Cualesquiera que sean la naturaleza y condiciones de nuestra opresión, ya sea la dispersión del exilio o la brutal represión de la ocupación, los palestinos no pueden volver a separarse. Permanecen unidos, forman una nación donde quiera que se hallen o estén obligados a estar.

Y Jerusalén, esa ciudad que no sólo es el alma de Palestina, sino la cuna de tres religiones universales, es tangible incluso en su clamorosa ausencia entre nosotros en este acto. Esta aparente, aunque artificial, exclusión de Jerusalén de esta conferencia es una negación de su derecho a buscar la paz y la redención, ella que tanto ha sufrido la guerra y la ocupación. Jerusalén, la ciudad de la paz, ha sido ignorada en esta conferencia y privada de su voz. La Jerusalén palestina, capital de nuestra patria y futuro Estado, define la existencia palestina, su pasado, su presente y su futuro, pero a ella misma se le ha negado una voz y una identidad. Jerusalén no puede ser una propiedad exclusiva. La anexión israelí del Jerusalén árabe sigue siendo claramente ¡legal ante los ojos de la comunidad mundial y constituye una afrenta a la paz que esta ciudad merece".

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