_
_
_
_
_

El aumento de morosos en un 32% deteriora las cuentas de resultados de bancos y cajas

El fuerte aumento de la morosidad bancaria, con un total de 38.000 millones de pesetas hasta el mes de septiembre, ha sembrado la inquietud en el sector bancario, que encuentra una dificultad añadida para mejorar sus cuentas de resultados en un año ya de por sí difícil. En los nueve primeros meses de 1991, el volumen de morosos ha crecido un 32,4% y totaliza 1,4 billones de pesetas. Si hasta ahora eran principalmente las empresas las que no cumplían sus compromisos, desde antes del verano los particulares tampoco devuelven sus créditos en el plazo previsto.

Los créditos morosos (aquellos que se retrasan más de 90 días en su devolución) son una amenaza para la banca y cajas de ahorro y un claro síntoma del enfriamiento al que está sometida la economía española, según fuentes cercanas a la Asociación de Banca Privada (AEB). Del volumen total de morosos (1,4 billones), 763.000 millones corresponden a los bancos y 592.000 a las cajas de ahorro. Los niveles de morosidad bancaria sobre el total de los créditos concedidos todavía se encuentran lejos de las cifras del año 1984, cuando el sistema bancario sufrió sus peores momentos. En ese año se llegó al 5,9% de la inversión crediticia en morosos, mientras que las cajas rozaron el 7,1%.

Dotaciones

Además, en aquel ejercicio, tanto bancos como cajas contaban con unas dotaciones para morosos que suponían el 63%, mientras que en la actualidad las dotaciones permiten cubrir el 82% de los créditos que se retrasan más de tres meses en su devolución. Este mayor nivel de solvencia es fruto de la política de saneamiento del sistema financiero que ha sido impulsada desde el Ministerio de Economía y Hacienda y desde el Banco de España.

Desde el año 1984, la curva de impagados en bancos y cajas descendió paulatinamente hasta finales de 1988, cuando registró su nivel más bajo con un 2,4% para la banca y un 3,1% para las cajas. Fueron años de reactivación económica, y las entidades financieras batieron todas las marcas de beneficios.

A partir de enero del año 1990, y tras casi dos años de estancamiento, se produjo una subida continuada que rebasó la cota psicológica del billón de pesetas en el mes de septiembre de ese año. Durante los cuatro primeros meses de 1991, los morosos registraron un gran crecimiento, para frenar en mayo, junio y julio. En agosto se inició un nuevo rebrote, que se confirmó en septiembre y que amenaza con volverse a incrementar en los tres últimos meses del año.

Al finalizar el pasado mes de septiembre, los morosos de la banca representaban el 3,9% del total de los créditos. Esta cifra se eleva hasta el 5,2% en las cajas de ahorro. Sin embargo, aunque los niveles de morosidad van tomando un cariz más preocupante, fuentes cercanas a la AEB insisten en que ese aumento puede afectar a la cuenta de resultados de las entidades, pero nunca a su nivel de solvencia, ya que las provisiones para estos créditos son en la actualidad del 82%.

Fallidos

La normativa vigente establece que las entidades financieras deben realizar dotaciones que supogan el 25% sobre los créditos que no hayan sido pagados seis meses después de que se pruduzca su vencimiento. Ese porcentaje pasa al 50% a los nueves meses, y así sucesivamente un 25% cada trimestre, hasta que se le considera como fallido. Otras fuentes consultadas han resaltado, por su parte, que el incremento de la morosidad causa una gran preocupación en los bancos, porque las dificultades para cerrar el actual ejercicio son latentes ante el estrechamiento que se ha producido en el margen financiero. La recuperación de provisiones y de morosos son para algunas de las grandes entidades una vía importante para aportar recursos en la cuenta de resultados.

El Banco de España considera, sin embargo, que en algunos casos los bancos hacen más dotaciones de las estrictamente necesarias, para no ofrecer unos beneficios tan elevados durante un buen ejercicio y poder utilizarlos ante una coyuntura desfavorable para la cuenta de resultados.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_