Inicia sus actividades el primer centro no eclesiástico de Ciencias de la Religión

, El presidente de la universidad de París-Sorbona, Michel Meslin, inauguró ayer con una conferencia la actividad del Instituto Universitario de Ciencias de la Religión, el primero de ese rango y no dependiente de la Iglesia que se pone en marcha en España. El nuevo centro pertenece a la universidad Complutense y su director es Julio Trebolle.

Por el momento, la actividad se limitará a seminarios y conferencias. No obstante, próximamente se avanzará hacia la creación de un master en Ciencias de la religión.

Hasta el momento en España las actividades de investigación en este terreno se han limitado a la existencia de algunas cátedras de Historia de la Religión y a la actividad del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El programa de estudios abordará diversas áreas relacionadas con la religión: antropología, sociología, fenomenología, filosofía e historia. La experiencia podría desbloquearla aprobación por parte del Consejo de Universidades de una licenciatura de Ciencias de la Religión, por el momento paralizada.

Este proyecto fue remitido hace cinco años a la Conferencia Episcopal, que aún no ha expresado su parecer al respecto. De hecho, medios universitarios civiles aseguran que el episcopado no ve con excesivos buenos ojos una carrera de esas características impartida desde instancias no eclesiásticas y en la que no importa las creencias éticas o religiosas del profesorado. De hecho, en las únicas facultades que imparten enseñanzas parecidas -teología o filosofía-, el profesorado debe contar con el nihil obstat eclesiastico El primer acto de ese nuevo instituto fue la conferencia pronunciada ayer por Miche: Meslin, presidente de la Sorbona y director de la Escuela de Doctorado de Ciencias de la Religión y de Antropología Religiosa, dependiente de aquella universidad. Meslin habló de las religiones como factores de guerra o factores de paz. "Las grandes religiones", dijo, "tienen una prétensíón de verdad absoluta y revelada que entraña un riesgo de intransigencia respecto a los que no la propia fe y, se supone, están en el error".

Meslin agregó que hay síntomas preocupantes propiciados por la incapacidad de la modernidad para responder a los desafíos y ello ha conducido a ciertas formas de integrismo. Por ello propuso la búsqueda de un consenso entre las religiones acerca de una ética.