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El PP responsabiliza al ministro de Hacienda de la decisión del Ayuntamiento de subir los impuestos

Juan Antonio Carbajo

La responsabilidad sobre la subida de los impuestos para 1992 cruzó ayer el salón de plenos del Ayuntamiento como una pelota de rugby. La oposición criticó al gobierno municipal por "ocultar que el incremento real del impuesto de bienes inmuebles (IBI) será de un 18,1%". El PP culpó al ministro de Hacienda de que los municipios tengan que aplicar tributos "esquizofrénicos", hechos a medida de grandes grupos empresariales.

El equipo de Gobierno del PP sorprendió a última hora -"con el partido ya empezado", según el portavoz de IU, Francisco Herrera- con una modificación en el proyecto de ordenanzas fiscales para 1992. El tipo impositivo del impuesto de actividades económicas, que aplica el Ayuntamiento a comerciantes, empresarios, artistas o profesionales, bajó del 1,9% al 1,7%. "Es para tratar de una forma más dulce un impuesto que no nos gusta, pero nos vemos obligados a imponer", comentó el primer teniente de alcalde, Luis María Huete. Huete apuntó otra posible rebaja para el otro impuesto, el IBI (impuesto sobre bienes inmuebles). "Según se materialice la revisión catastral en el Congreso podríamos estudiar una variación del tipo que hemos impuesto", explicó. Este era el principal argumento de la oposición para aventurar que la antigua contribución subirá un 18,1%. "El Ayuntamiento incrementa el tipo impositivo del 0,40% al 0,45%, sin considerar que el Estado también sube anualmente el valor catastral sobre el que se aplica", comentó Alfredo Tejero, concejal socialista.

Estos dos tributos coparon el debate sobre ordenanzas fiscales que ayer celebró el pleno municipal y que al final aprobó en solitario el PP. Los populares no se sentían nada contentos con el nuevo impuesto de actividades económicas que el próximo año se ven obligados a aplicar por ley.

Los tributos de Schuster

"Es un impuesto confiscatorio, reaccionario y regresivo, que no tiene en cuenta la capacidad económica del sujeto pasivo", explicó el concejal de Hacienda, Fernando López-Amor. "Es esquizofrénico y tiene la lógica de la locura". Todo ello porque, según los cálculos del PP, trata de igual manera "a Schuster que a un futbolista de tercera".Un futbolista de Primera División paga este año 50.504 pesetas de licencia fiscal, y otro "de última categoría", 16.835 pesetas. Con el nuevo impuesto, ambos tributarán 30.000 pesetas. Schuster pagará un 40% menos, y el otro, un 78% más. La misma diferencia existirá entre el torero Espartaco, que pagará un 37% menos, y un matador "última figura", que abonará un 214% más.

López-Amor destacó otro ejemplo. "Las empresas de agua y energía van a pagar un 32% menos, y las financieras y compañías de seguros o comunicaciones, un 27% menos. "Parece que esta ley se ha redactado bajo presión de algún lobby [grupo de presión] empresarial".

Francisco Herrera estuvo especialmente bíblico. "Ustedes [el PP] han hecho el milagro de los panes y los peces, pero al revés. Suben los impuestos y, sin embargo, van a recaudar menos". Herrera no logró, pese a insistir, que el PP le diera una cifra global de lo que se espera ingresar el próximo año. "Como san Pedro, me niegan tres veces", dijo.

Lo que ya no esconde el equipo de Gobierno es el recorte presupuestario que se avecina para 1992, y que puede dejar las inversiones en la mitad. Por ello, dijo Herrera a los presidentes de las juntas de distrito: "Van a quedar como conserjes de lujo con coche oficial".

Alfredo Tejero tampoco consiguió que el equipo de Gobierno le contestara cuando dijo: "Reconozcan que, con el recibo en la mano, el año que viene pagaremos un 18,1% más en el IBF'. Tejero insistió en que los impuestos del PP "tienen truco" y "esconden" una subida mayor de la fijada. El equipo de gobierno no se dio por aludido. Y López-Amor insistió: "Hemos cumplido la promesa de congelar los impuestos".

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