"Todo ser humano es un completo enigma"
Mad dog and glory, su último trabajo, "una historia de amor entre Martin Scorsese, como productor, y yo mismo", vuelve, al igual que Henry, a hablar de la muerte. "El filme está protagonizado por Robert de Niro y Bill Murray y habla de la peor profesión que se pueda imaginar: la de ciertos policías que sólo se ocupan de fotografiar y tomar huellas de los asesinados. Son algo así como los burócratas de la muerte, que esperan sentados en una oficina cutre a que les llamen para levantar acta del trabajo de los asesinos", dice.Y añade dos datos escalofriantes: "Es gente que trabaja mucho: sólo en Chicago y en el mes de junio pasado se contabilizaron 200 asesinatos. Sólo pondré un ejemplo de en qué consiste el oficio: con mi socio, Steve Jones, y con Robert de Niro fuimos un día con un policía de este tipo a ver un asesinado. Era un hombre al que habían partido la cabeza a martillazos, lo habían atado a la cama con el cordón del teléfono y habían puesto bajo su cabeza un cenicero, para recoger la sangre que salía de su cráneo. Estas son las cosas que ve el protagonista de mi película".
Con Henry, retrato de un asesino se daba a conocer en Europa John McNaughton, un antiguo documentalista televisivo interesado vivamente por la personalidad patológica de esa nauseabunda institución americana que son los asesinos en serie. Su debú en la realización partía, de hecho, de las mismas premisas que un anterior trabajo televisivo. Se basaba en la vida de un asesino real, Henry Lee Lucas, sobre quien se documentó para hacer que su personaje de ficción fuese a un tiempo real y con un punto de debilidad capaz de hacerlo creíble al espectador.
Simpatía por el demonio
"Por Henry se siente algo similar al título de la canción de los Rolling Stones: una vaga simpatía por el demonio. En alguna medida, es la otra cara del personaje central de American psycho, la novela de Breet Easton Ellis: éste es un yuppy que lo tiene todo, mientras que Henry es un tipo al cual todo en la vida se le ha torcido. No obstante, los dos reaccionan igual ante la realidad: con la violencia extrema", afirma."Estuve un año y medio en paro, harto de que después de Henry sólo me ofreciesen guiones basura. Finalmente, en 1988, Atlantic Realising me propuso hacer The borrower. Era un trabajo de encargo, un guión atractivo, y acepté. Pero ya entonces la empresa pasaba por graves problemas financieros, con lo cual tuve que hacer frente a dos problemas distintos: la falta de dinero y la presencia continua en el rodaje de ejecutivos momentáneamente en paro que metían sus narices en todo", se lamenta el cineasta. Los problemas se demostraron, a la postre, insolubles: tuvo que esperar hasta que otra empresa en crisis, Cannon, financiase el final del rodaje, que acabó en 1989.
The borrower, que acaba de ser presentado en España por el festival de Sitges, es un curioso cruce entre una intriga policiaca y un filme de invasores espaciales, monstruosos y sanguinarios. "William Goldman, el famoso guionista, dice que el cine americano de hoy consta de dos géneros principales: el dramático -Uno de los nuestros sería un ejemplo- y el comic a la usanza de Terminator. A mí se me ocurrió que la idea de mezclar ambos podía resultar divertida, y eso es The borrower: un encargon y punto", reconoce.
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