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Tribuna:ANÁLISIS
Tribuna
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La paridad numérica no es desarme

Mijaíl Gorbachov ha reaccionado con rapidez a la propuesta de desarme nuclear realizada por George Bush hace poco más de una semana. El overkill nuclear de ambas potencias militares y la ventaja numérica de la URSS en cuanto a cabezas nucleares (27.000 frente a 19.000, según las últimas estimaciones) facilita a Gorbachov la adopción de medidas recíprocas.La URSS, además de aceptar la "destrucción de sus 2.800 misiles de corto alcance y las 2.000 bombas que configuran su artillería nuclear" -con lo que se acerca el fin de la existencia de las armas nucleares tácticas- ha ofrecido, significativamente, destruir más mis¡les balísticos que los previstos en el START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas).

Este acuerdo establece un techo de 6.000 cabezas para algunas de las armas estratégicas de cada potencia, lo que obligará a destruir un buen número de las más de 12.000 cabezas que actualmente poseen Estados Unidos y la URSS en estas categorías. Gorbachov ha decidido reducir este techo a 5.000 cabezas en un plazo de siete anos, y ello le supondrá "destruir de forma suplementaria 1.000 cabezas nucleares estratégicas". Por lo tanto la URSS tendrá que destruir unas 5.200 cabezas nucleares estratégicas y 4.800 no estratégicas, esto es, un 37% de su arsenal nuclear, aunque le quedarán todavía otras 17.000. Bush se comprometió a eliminar unilateralmente algo menos del 16% de su potencial nuclear, y el START le obliga a una reducción de otro 11%, con lo cual se quedará con un arsenal de unas 14.000 cabezas. Así pues, EE UU y la URSS conseguirán cierta paridad numérica, muy lejos de los niveles considerados de "disuasión mínima", es decir, por debajo de las 1.000 cabezas.

La oferta de Bush de almacenar más de 6.000 cabezas ha sido emulada por Gorbachov, que se compromete a "guardar en depósitos 6.000 cabezas nucleares", aunque con la notable diferencia de que las armas norteamericanas se refieren fundamentalmente a las transportadas por bombarderos estratégicos, mientras que las soviéticas se refieren a los misiles y bombas transportados por la aviación no estratégica, probablemente para compensar la desventaja de la URSS en este terreno. De cualquier forma, con esta decisión, la URSS almacena un 22% de su arsenal nuclear, que incluye también 1.200 armas de la aviación nava¡, 600 SLCM (lanzados desde submarinos), 200 misiles antiaéreos y las 4.000 bombas de la aviación con base en tierra.

Una de las ofertas más interesantes de Bush ha sido la de invitar a la URSS a destruir todos los misiles intercontinentales (ICBM) con cabezas múltiples (MIRV), yendo más allá de lo previsto en los acuerdos START. Gorbachov no ha contestado afirmativamente a la propuesta, ya que es sólo en este tipo de misiles donde tiene más venta a sobre Estados Un¡dos en cuanto a armas estratégicas, pero "ofrece iniciar conversaciones intensivas para reducir a la mitad el arsenal nuclear ofensivo de ambas potencias una vez ratificado el tratado START", lo que en el futuro podría suponer la eliminación de más de 9.000 cabezas.

Al margen de la compleja contabilidad nuclear, y como ya era previsible, Gorbachov ha anunciado además una "moratoria nuclear de un año en sus pruebas nucleares", lo que sin duda incomodará a EE UU y Francia. Gorbachov "ha propuesto también el cese de la producción de todos los materiales fisionables de uso armamentista", medida que junto a la anterior parecen las más eficaces para impedir una modernización y un desarrollo de la tecnología nuclear militar.

Resumiendo, las propuestas de Bush y de Gorbachov suponen que EE UU y la URSS destruirán cerca de 8.800 cabezas nucleares (2.990 de EE UU y 5.800 de la URSS), y negociarán la reducción de lo que quede después de ratificar el acuerdo START, que prevé la eliminación de unas 7.000 cabezas estratégicas. El conjunto de medidas reducirá "el arsenal nuclear actual en no más del 20%", porcentaje aún muy alejado de un completo desarme nuclear. Este sólo será viable y duradero si EE UU acepta el cese de las pruebas nucleares, la producción de materiales fisionables y la investigación de nuevos sistemas nucleares, medidas que pondrían fin al desarrollo cualitativo de las armas nucleares.

Vicenç Fisas es investigador sobre desarme del Centro Unesco de Cataluña y miembro del CIP.

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