Ricardo Bofill y Norman Foster preparan un proyecto para la nueva sede de la CE
En caso de formalizarse el encargo, el edificio podría terminarse hacia 1997
Los estudios arquitectónicos de Ricardo Bofill y sir Norman Foster, Taller de Arquitectura y Foster Associates, se hallan en contacto con la Comunidad Europea y mantienen conversaciones entre sí con vistas a la realización de un proyecto conjunto de la nueva sede de la CE, que debería sustituir antes de fin de siglo a las actuales oficinas de la Comisión Europea, el edificio Berlaymont, en Bruselas, que data de mediados de los años sesenta. El propio sir Norman Foster dijo a EL PAIS: "Es una cosa espléndida, pero por el momento nos hallamos sólo en fase de intercambio de ideas". Un portavoz del Taller de Arquitectura Ricardo Bofill consideró "prematuro" hacer comentarios sobre el proyecto.
Los responsables de la Comisión Europea han manifestado repetidamente sus deseos de tener oficinas centrales que acojan a buena parte de los 15.000 funcionarios que actualmente ocupan 32 edificios de la capital belga.El proyecto y la necesidad de una nueva sede comunitaria cobran impulso a medida que se aproxima el año 19921 que es cuando vencen los contratos de arrendamiento por el edificio Berlaymont, propiedad del Estado belga y de un consorcio de bancos privados, a los que la CE paga unos 1.400 millones de pesetas anuales en concepto de alquiler. En caso de prosperar los contactos preliminares de la CE con Ricardo Bofill y Norman Foster, la obra podría terminarse antes de fin de siglo.
La última prueba del poco aprecio que los eurócratas parecen sentir por su sede principal la ofreció Antonio Cardoso e Cunha, comisario europeo responsable de administración y personal, quien sugirió la posibilidad de que la Comisión Europea se traslade a otra ciudad. En declaraciones al diario La Libre Belgique, Cardoso apuntó que otras instituciones internacionales, como la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), radicada en Roma, o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París, pagan a los Estados italiano y francés alquileres simbólicos -una lira y un franco al año, respectivamentepor utilizar sus edificios.
Contactos discretos
Ante la inminencia del final del contrato de arrendamiento, la CE tiene que elegir entre buscar otro enclave o proponer el derribo del actual edificio. Se barajó la idea de convocar un concurso europeo de proyectos para la nueva sede.Sin embargo, parece ser que los dirigentes, de la CE han optado por establecer discretamente contacto con Bofill y Foster, dos destacados arquitectos europeos especializados en grandes estructuras y notorios por su habilidad al combinar los planteamientos arquitectónicos con la utilización de tecnología punta.
Por lo demás, Norman Foster (nacido en Manchester en 1935 y fundador del estudio Foster Associates en 1967) es el último ganador del Premio Pabellón Mies van der Rohe de Arquitectura, que otorgan conjuntamente la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y la Fundación Pabellón Mies van der Rohe de Barcelona. Foster recibió el galardón por su proyecto de la terminal de pasajeros del aeropuerto londinense de Stansted, una obra que combina la alta tecnología, la buena interacción con el entorno y la comodidad para los usuarios. Otras obras famosas de Foster son la torre de comunicaciones de Collserola, en Barcelona; el centro de distribución Renault para Inglaterre, en Swindon (1983), y la sede de la Hongkong & Shangha¡ Banking Corporation en Hong Kong (1985).
Ricardo Bofill (nacido en1939 en Barcelona y fundador, en 1963, del Taller de Arquitectura que lleva su nombre) es autor, entre otros muchos proyectos en todo el mundo, de grandes complejos residenciales en los alrededores de París, como los de Saint Quentin-en-Yvelines (1974-1981), Marne-la-Vallée (1978-1983) o el mismo distrito XIV de París (1979-1986),así como de una reforma urbana en la ciudad de Montpellier (1979-1983). Las últimas obras más significativas de Bofill son la ampliación del aeropuerto de Barcelona, actualmente en construcción, y un rascacielos de 50 pisos en la avenida West Wicker Drive de la ciudad norteamericana de Chicago, que será inaugurado en 1992.
Un laberinto con 3.444 ventanas
El edificio Berlaymont de Bruselas, sede de la Comisión Europea, fue construido a partir de principios de los años sesenta y entró en servicio en 1968. En él trabajan unos 3.000 eurócratas.Construido en pleno auge de la arquitectura funcional, el edificio Berlaymont tiene forma de aspa, con cuatro brazos irregulares que apuntan a los cuatro puntos cardinales. Cada uno de sus inquilinos disfruta por lo menos de una ventana propia, aunque se respeta rigurosamente la jerarquía: los comisarios y directores generales tienen cuatro ventanas, los directores tres y los administradores generales dos. En total, 3.444 ventanas, ninguna de las cuales se puede abrir para evitar suicidios. Hay también 2.000 puertas, todas exactamente iguales, 11 kilómetros de pasillos interiores.
La superficie total del edificio, de 13 plantas, es de 200.000 metros cuadrados, de los que sólo se ut ¡liza para oficinas el 25%. Ésta es una de las razones principales del deseado traslado, pues la media de utilización de un moderno edificio de oficinas es del 60%.
Otros achaques del edificio Berlaymont -cuya reforma, según indicaba un estudio arquitectónico realizado en 1990, costaría 18.000 millones de pesetas- son su escasa seguridad y el riesgo para la salud que suponen los revestímientos aislantes de amianto, un material considerado cancerígeno y prohibido desde hace años en las normativas de la propia CE.
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