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Crítica:JAZZ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un tenor de los sesenta

Billy Harper es el prototipo de saxofonista de los años sesenta, una década marcada fundamentalmente por la experimentación en la búsqueda de la máxima libertad expresiva. John Coltrane era entonces para casi todos los jóvenes tenores no mera referencia, sino ley, decálogo de obligado cumplimiento que vacunaba contra la vulgaridad y daba fuerzas para superar cualquier posible estancamiento en formas anticuadas de entender el jazz. Muchos esgrimían el saxo tenor como arma arrojadiza y lo tocaban apretando los labios con la fuerza del músculo en tensión: eran tiempos de lucha, incluso para cantar a Dios.En Harper hay mucho de Coltrane, especialmente de su espíritu religioso. Tiene el sonido áspero y vigoroso de éste, y en sus composiciones, armónicamente abiertas pero jalonadas de precisos cambios rítmicos y texturas contrastadas, se advierte una influencia directa adicional de la música de iglesia que vivió en su niñez. La mezcla sigue siendo sugerente, no tan irresistible como en manos de Coltrane, pero todavía capaz de despertar ernociones. Harper busca la intensidad, pero, a diferencia de otros, sabe dosificar sus energías para alcanzar el clímax en el momento idóneo, sin prisa, con paciente tenacidad. Seguramente no es un instrumentista sobresaliente, pero es indiscutible su talento para organizar sonidos de manera atractiva, equilibrada, aparentemente libre pero siempre rigurosa. Así lo reconoció Gil Evans, un exigente maestro de la composición y de la orquestación, cuando incorporó a su repertorio varios temas de Harper.

Billy Harper Quartet

Billy Harper (saxo tenor), Dave Kikoski (piano), Dean Johnson (contrabajo) y Tony Moreno (batería). Café Central, Madrid. Suplemento actuación 1.800 y 2.000 pesetas. Hasta el 6 de octubre.

Sonido profundo

Para interpretar algunos de los más conocidos (Priestess, Inside), el saxofonista tejano se rodea de músicos jóvenes. El contrabajista Dean Johnson acredita pulsación segura y envolvente, sonido profundo y sabiduría para utilizar efectos percusivos en el momento adecuado. Dave Kikoski, uno de los mejores representantes de la nueva ola de pianistas que aprenden arriesgando, es un ejemplo de entusiasmo, técnica y valentía; extraordinario su solo sobre otro de los originales del líder, Trying to make heaven my home.Tony Moreno, por su parte, desempeña dignamente su papel, el más peligroso, pues no en vano Harper ha sido batería antes que saxofonista y sabe de la importancia que tienen los tambores en una música tan vehemente como la suya.

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