El destino de Sadam está en manos iraquíes
No había estado nunca en el emirato de Kuwait. Había oído las historias de Las mil y una noches, de Sheherezade, en suma. De sus riquezas fabulosas, de los jeques envueltos misteriosamente en su dishedashe, el vestido tradicional, completado con el turbante y el kefish. El jeque Saad Al Sabaj nos recibió tras una larga espera en su palacio, Bayan, casi destruido. Nada de lujo, sino una sobriedad ejemplar, y el cortejo encabezado por Alí Abu As¡, a la americana, muy eficaz. En los alrededores, las inevitables nubes de humo negro de los pozos de petróleo. Habituado a los medios de comunicación, pero también muy receloso, primero parece casi huraño, después se confía.
A menudo, durante la entrevista, incluso ríe. Particularmente cuando le pregunto si, tras las pérdidas colosales, temen convertirse en pobres. O cuando intento animarle a contarme un episodio inédito: en 1970, con ocasión del Septiembre Negro, dicen, pudo poner a salvo a Arafat prestándole precisamente su vestido tradicional. 0 cuando -al final me pica la curiosidad- le pregunto si ha probado ya o le gusta la cocina italiana.
Pregunta. Alteza, explíqueme una cosa: ¿cómo fue posible para los iraquíes invadir Kuwalt con tanta facilidad, conociendo desde hacía tiempo la concentración de tropas de Sadam a lo largo de su frontera? ¿Por qué no recurrieron a la ayuda de los nortearnericanos antes de que sucediera lo peor?
Respuesta. El mundo entero sabía que los iraquíes estaban apostando tropas en la frontera entre nuestros dos países. Algunos jefes de Estado árabes, que habían ido a Bagdad más veces y se habían encontrado con Sadam, lo habían tratado con él.
P. ¿Como Mubarak?
R. He dicho algunos jefes de...
P. Pero el rais Mubarak lo había declarado abiertamente.
R. De acuerdo, no es un secreto. Después de lo cual vinieron desde Bagdad para encontrarse con su alteza el emir. Tomé parte parte en esa reunión y ellos nos informaron de que habían hablado extensamente con Sadam acerca de este problema, es decir, de la concentración masiva de tropas a nuestras puertas, y él les había asegurado que no tenía ningún significado bélico, sino que eran maniobras militares rutinarias. Les había prometido no hacer nada injus to, que no tenía ninguna intención de invadir Kuwait. Había dado su palabra, jurando por Alá. Se comprende que creyéra mos entonces los mensajes que habíamos recibido.
P. ¿Era posible evitar esta guerra? En realidad, ¿qué pedía Sadam de Kuwalt?
R. Pedía mucho dinero, y fue muy claro al respecto. Al principio, cuando recibimos el memorándum de los iraquíes, expresamos la voluntad de dialogar con nuestros hermanos a través de la Liga Árabe para encontrar una solución, ya que nosotros no creíamos en las afirmaciones iraquíes. Por el contrario, se nos respondió que el problema debía resolverse mediante relaciones bilaterales entre Kuwait e Irak. Tras esto, y gracias a la íntervención del presidente Mubarak y del rey Fahd, consentí en entablar un encuentro, que tendría lugar en Jedda, en Arabia Saudí.
P. Después de una experiencia tan dramática, ¿sería posible alguna vez una reconciliación entre Kuwait e Irak? ¿Quizá sin Sadam Husein?
R. Para nosotros es muy difícil responder ahora a su pregunta. En todo caso, si parase por la calle a un kuwaití cualquiera y le hiciera la misma pregunta, no creo que le respondiera que estamos dispuestos o preparados para retomar el diálogo con el pueblo iraquí. Han traumatizado a nuestra gente. No, no se podrá después de lo que han hecho a mi país. Se necesita tiempo, muchísimos años.
P. Comprendo. ¿Sostiene entonces que la población de Kuwait quiere ver muerto a Sadam, ,o solamente verle privado del poder?
R. No sé cuál será su destino. He respondido ya muchas veces a estas preguntas y afirmo de nuevo que corresponderá al pueblo iraquí elegir el tipo de régimen o de líder que quieren y que es el adecuado para ellos.
P. Siempre que el pueblo iraquí tenga la fuerza necesaria para reaccionar con respecto a su propio destino. Dios mío, alteza, ¿es verdad que Kuwait ha puesto una espada sobre la cabeza del déspota iraquí?
R. Se oyen muchas historias a propósito de esto, y en todo el mundo. Pero nosotros preferimos, como he dicho, dejar el destino de ese hombre en las manos del pueblo iraquí. Un hombre poco fiable
P. Con la invasión y la guerra posterior, la irriagen de Sadam salió perjudicada: el mundo lo definió como un Hitler, como un loco. Usted, que: lo conoce mejor que muchos, díganoslo: ¿Qué tipo de persona es en realidad?
R. En verdad, es muy difícil describir a Sadam Husein. Todo lo que puedo decirle por ahora es que se trata de un hombre del que uno no se puede fiar.
P. Se dice que el Ejército Rojo soviético puso a Gorbachov en una posición difícil para que éste solicitara a Bush que se protegiera la vida de Sadam Husein y no permitiera a Schwarzkopf marchar sobre Bagdad. ¿Es esto una novedad para usted?
R. No sé cómo responder a su pregunta sobre el trato que usted cita. Por tanto, no puedo expresar ningún juicio ni hacer comentarios al respecto.
P. De acuerdo. Dígame, entonces, qué conclusiones ha sacado cori respecto a los prisioneros de guerra kuwaitíes después de que Bagdad parecía estar dispuesta a liberarlos. ¿Han alcanzado algún acuerdo?
R. No. Todo lo que puedo decir es que nosotros hemos entregado a la Cruz Roja Internacional una lista con el número y el nombre de los kuwaitíes que se encuentran en Irak.
P. ¿Cuántos son?
R. Pues, más o menos, 1.800 personas. Una copia de esta lista ha sido enviada también a la Liga Árabe y a algunos jefes de Estado árabes.
P. Kuwait tiene intención de firmar un acuerdo con Estados Unidos en lo referente a su propio sistema de seguridad y de defensa. ¿Se firmará este pacto? ¿Se ha discutido ya en detalle?
R. En estos días hemos hablado con un funcionario estadounidense de un acuerdo como el que usted dice. En principio, Estados Unidos ha dado su consentimiento para un acuerdo de esta clase -para nuestra protección- entre nuestras autoridades y las suyas. Se firmará en los próximos días.
P. ¿Se tratará de una base norteamericana permanente, quizá en la isla de Bubiyan? ¿Por cuánto tiempo, 10 años?
R. Sí, precisamente por 10 años.
P. Alteza, ¿no le preocupa una permanencia tan larga de una presencia extranjera en Kuwait? ¿No teme una especie de colonización?
R. No, no tenemos miedo a estrechar nuestras relaciones mediante este acuerdo,con nuestros amigos norteamericanos, pero, al mismo tiempo, estamos cooperando con nuestros hermanos del Golfo para ayudarnos recíprocamente.
P. ¿Quiere decir que tienen la intención de unir las fuerzas de la Gulf Country Cooperation (GCC) desde el punto de vista político y militar?
R. Exactamente. De hecho, hay ya algunas tropas que han sido enviadas por los países árabes amigos del Golfo, y que, por supuesto, permanecerán aquí con nosotros. Es la mejor solu.ción para nuestra seguridad después de lo que hemos sufrido recientemente.
P. En 1985, el emir Jaber, su primo, con el que usted comparte el poder, se negó a firmar la condena a muerte de los que habían atentado contra su vida. Este sentido de la clemencia que la familia Al Sabaj mostró enonces, ¿se aplicará también ahora con los palestinos acusados de colaboracionismo?
R. No centraría la cuestión sólo en los palestinos. Hemos sabido que hubo otras personas que colaboraron con las tropas enemigas durante su permanencia en Kuwait. Le corresponde a la pollicía descubrir las actividades de estas personas y tener en cuenta sus nacionalidades.
Ayuda a los palestinos
P. Antes de la guerra, Kuwalt estaba financiando generosamente la causa palestina. Después, tras la elección de Arafat de apoyar a Sadam Husein, ¿poIdrán restablecerse sus relaciones con la OLP?
R. No es un secreto para nadie lo mucho que hemos ayudado siempre al pueblo palestino, y seguiremos haciéndolo. Considerando la ' posición de Arafat, no tenemos nada que hacer ni con él ni con la OLP. De todas formas, afirmo otra vez que seguiremos ayudando, al pueblo palestino.
P. En. cuanto a Israel, ¿será más fácil para los árabes alcanzar la paz con los israelíes, tras las circunstancias excepcionales que les han unido durante la guerra, defendiéndose de un enemigo común, Sadam Husein?
R. Sí, pero con ciertas condiciones. Antes de nada, Israel debería aceptar las resoluciones 242 y 243 del Consejo de Seguridad dc la ONU. Además, debería estar dispuesto a participar en otros tratados, no sólo en los diálogos de una conferencia internacional. Las condiciones son éstas.
P. Dígame: ¿cuánto se tardará y cuál será el coste de la reconstrucción de su país? ¿Los daños son rnayores de lo previsto? ¿De dónde se sacarán los fondos?
R. Diría que muchos millones de dólares. Mi colega el ministro de Finanzas podría responder con mayor precisión a estas preguntas. En todo caso, puedo decir que serán necesarios cientos de millones y que los fondos se extraerán de nuestras reservas, Nos las arreglaremos solos.
P. ¿Cuántos pozos están controlados? ¿Cuándo estarán todos en funcioriamiento para comenzar la producción?
R. Cerca de la mitad, unos 350, están ya bajo control. Esperamos que: los demás estén controlados en seis meses, quizá incluso antes.
P. La libertad de prensa y la reapertura del Parlamento son los puntos clave sobre los que se muevela oposición. Como hombre político moderno, ¿está preparado para adoptar alguna de las nuevas reformas solicitadas?
R. Lo que haremos será lo que crearnos y consideremos bueno para el país y el pueblo kuwaitíes, tanto para el presente corno para. el futuro.
Copyright Olga Bísera / EL PAÍS.
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