Cossiga se empeña en conseguir el indulto del terorista Curzio
Francesco Cossiga, presidente de la República de Italia, está tan empeñado en lograr el indulto para el terrorista Renato Curzio, fundador de las Brigadas Rojas, que ha enviado cuatro borradores de decreto al ministro de Gracia y Justicia, el socialista Claudio Martelli, con la siguiente admonición: "O bien firma alguno de ellos, o dice públicamente que es contrario a la concesión de la gracia".
Esta iniciativa del jefe del Estado ha sido mal acogida por la Democracia Cristiana, que se opone mayoritariamente al indulto. "¿No son demasiados cuatro decretos?", comentó con ironía el jefe del grupo parlamentario, Antonio Gava, mientras el ministro del Interior, Vincenzo Scotti, murmuraba, en referencia a Cossiga: "Se ve que tiene pluma".Martelli no ha reaccionado de inmediato ante este nuevo desafío del Quirinale en una polémica que ha creado ya más de tres situaciones poco habituales en la política europea.
Francesco Cossiga anunció, a primeros de agosto, su intención de apoyar la petición de indulto presentada por la madre de Curzio, y los numerosos críticos del presidente interpretaron que la prisa con que éste quería "volver una página ya pretérita" de la historia de Italia guardaba una relación directa con la incomodidad que Cossiga ha manifestado ante otras investigaciones judiciales sobre hechos de la misma época, como la del caso Gladio, que le implican.
El 14 de agosto, el presidente envió una carta de 18 folios a Martelli, indicándole que considerara abierto el procedimiento de concesión de la gracia.
Giulio Andreotti, presidente del Gobierno, se mostró desde el principio contrario al indulto, entre otras cosas porque la medida difícilmente será popular y puede restar votos a la DC. El 19 de agosto, tras conversar con Cossiga, informó por fax a su ministro de Justicia de que sólo el Gobierno en pleno estaba capacitado para decidir sobre el indulto de Curzio.
Conflicto de competencias
Martelli, que hasta entonces había dudado, se sintió herido en sus competencias. "Que Andreotti y Cossiga se inventen esta treta para evitar enfrentarse en el terreno político puede tener un sentido, pero con ello no pueden lesionar ni la institución constitucional de la gracia ni las prerrogativas del ministro de Gracia y Justicia", razonó Martelli en una entrevista. Y con esos argumentos, acudió al Tribunal Constitucional, en contra del Gobierno al que pertenece.
Una conversación entre Andreotti y Martelli del pasado 6 de septiembre devolvió las aguas a su cauce. Todo había sido un malentendido, se dijo oficialmente. Y Martelli retiró su recurso.
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