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Entrevista:

"Argelia necesita la participación de firmas extranjeralen la explotación de petróleo"

Ait Lahoussine, de 50 años de edad, es desde hace un mes el nuevo ministro de Energía del Gobierno argelino. Ha llegado al ministerio en un momento político crítico, en plena revuelta integrista, lo que le ha exigido al nuevo Gobierno hacer un esfuerzo de imaginación para poner todos los recursos petrolíferos al servicio del proyecto democrático. En este contexto ha surgido "la propuesta de Hassi Messaud", un proyecto ambicioso destinado a captar el apoyo de las sociedades petrolíferas internacionales para la explotación del yacimiento. Pero la propuesta, interpretada como la puesta en venta de Hassi Messaud, está provocando una gran polémica nacional.

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La importancia del Hassi Messaud

Ait Lahoussine nació en el barrio de Kouba, uno de los suburbios calientes de la ciudad de Argel, donde se encuentra la mezquita desde la que solía lanzar sus prédicas semanales el líder del Frente Islámico de Salvación, Abasi Madani. Desde el minarete de este templo Madani amenazó hace poco al Gobierno con declarar la guerra santa contra la República de Argelia y de implantar una sociedad mahometana, de corte iraní.Pocos días después de la amenaza de Madani, Ait Lahoussine recibía del primer ministro Sid Ahmed Gozali el encargo de ponerse al frente del Ministerio de Energía y de gestionar desde allí los recursos petrolíferos del país, con un objetivo claro: potenciar la producción, buscar el capital internacional y enjugar el déficit interno del país. Lahoussine, ex presidente de la empresa estatal de petróleos Sonatrach, se ha sentado en el sillón. El nuevo ministro explica el proyecto económico elaborado para Hassi Messaud, uno de los yacimientos más importantes del mundo, ambicionado por todas las empresas petrolíferas y cuya producción y explotación está a punto de ponerse en venta.

Pregunta: El presidente del Gobierno, Sid Ahmed Gozali, anunció hace dos semanas la venta de una parte de los derechos de explotación del yacimiento de Hassi Messaud, lo cual fue interpretado por algunos como la puesta en venta del yacimiento. ¿Con todos los respetos, lo que dijo el presidente fue una tontería?

Respuesta: Lo que hizo el presidente del Gobierno es exponer un concepto, una idea económica general y enunciarla de una manera personal para que tuviera el máximo eco posible. ¿Cómo se puede creer, por ejemplo, que el 20% de la producción petrolífera de Hassi Messaud valga exactamente 6.000 o 7.000 millones de dólares? Para hacer una oferta y cuantificar su precio hace falta un estudio previo, y una negociación. Por mi parte yo puedo asegurar que no he recibido del presidente del Gobierno ni he dado a la Sonatrach ninguna instrucción relativa a la venta de Hassi Messaud.

P. ¿Qué significaban entonces sus palabras?

R. Las palabras de Sid Ahmed Gozali hay que interpretarlas en el contexto de un discurso, como un concepto económico y financiero según el cual nosotros estamos dispuestos a asociarnos con firmas extranjeras en la explotación de pozos ya existentes, para incrementar nuestros recursos petrolíferos, en base a aumentar los índices de recuperación del crudo. Las sociedades extranjeras que desean participar en esta operación deberán pagar un canon por adelantado, lo que nos permitirá tener dinero fresco y enjugar el déficit interior, y pagar, por ejemplo, los 6.000 o 7.000 millones de deuda exterior. Pero quiero además recalcar que se trata de una oferta genérica y que no tiene por qué estar concretada sobre los pozos del yacimiento de Hassi Messaud.

P. Todo esto pone en evidencia un problema técnico.

R. Es cierto. Si continuamos explotando los yacimientos petrolíferos con nuestra técnica y de la misma manera que venimos haciéndolo hasta ahora nuestra producción descenderá considerablemente en los próximos años y dejaremos además en el interior de los pozos una parte considerable de petróleo. Por tanto, hay que asociarse con empresas extranjeras capaces de incrementar con sus técnicas la recuperación de los pozos ya existentes, asegurándose con ello la producción de éstos.

P. ¿Cómo van a formular esta cooperación con las sociedades extranjeras?

R. La fórmula de cooperación o de asociación puede ser muy variada y aún no está definida. Hemos creado una comisión de estudio en la que colaboran técnicos del ministerio con los de la Sonatrach. Esta comisión es la encargada de estudiadas ofertas que se han venido recibiendo. En un plazo de tres o cuatro in eses estaremos en disposición de hacer una propuesta concreta.

Oferta a EE UU

P. Algunos técnicos aseguran que no todas las compañías petrolíferas poseen maquinaria moderna y especializada capaz de incrementar la recuperación del petróleo, y que por tanto esta es una oferta que se hace directamente a las compañías más desarrolladas, que son las de los Estados Unidos.

R. Yo les diría que son unos ignorantes. Es cierto que las compañías petrolíferas de los Estados Unidos tienen una gran capacidad técnica en cuanto a la recuperación se refiere, pero existen además otras importantes compañías europeas capaces de cumplir este objetivo. Además, la solución podría estar en un grupo o en un consorcio de empresas y no en una sola firma.

P. ¿El marco legal es lo suficientemente amplio y generoso para permitir la colaboración de sociedades extranjeras?

R. Hay que estudiar las diferentes fórmulas de cooperación. Si después llegamos a la conclusión de que hay que modificar las leyes, lo haremos y lo plantearemos a la Asamblea Popular Nacional. Una cosa es clara: nuestra Constitución nos impide la venta de los yacimientos petrolíferos a las sociedades extranjeras, ya que forman parte del patrimonio nacional, pero tampoco podemos invitar a las sociedades internacionales a que vengan a nuestro país sin ofrecerles a cambio una contraoferta.

P. ¿Pero hay que cambiar la ley o no?

R. Al margen del problema de Hassi Messaud es cierto que hay que modificar la ley para permitir, por ejemplo, la colaboración de las sociedades extranjeras en la explotación de pozos ya existentes, algo que en nuestra legislación está prohibido. El marco legal es estrecho, pero necesitamos una ley más clara que nos permita captar el capital y la técnica de las sociedades extranjeras. En tres años hemos firmado sólo 12 contratos de explotación con sociedades extranjeras. No es suficiente, hay que multiplicar esa cantidad y llegar a 80 si es necesario.

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