Gamsajurdia crea una nueva milicia en Georgia para evitar choques con el Ejército
ENVIADO ESPECIALEl presidente de Georgia, Zviad Gamsajurdia, ha ordenado la creación de tropas especiales del Ministerio del Interior con el propósito de convencer a los militares georgianos de que no se les utilizará en tareas de represión y para mostrar su fuerza al jefe rebelde Tenguiz Kitovani.
Gamsajurdia compareció ayer en una concentración de sus seguidores ante el Parlamento georgiano y advirtió al Kremlin de un posible conflicto armado en la república. El Parlamento republicano, que ha de discutir la dificil situación política creada y nombrar una comisión investigadora de los choques ocurridos entre manifestantes y policías el 2 de septiembre, inició ayer las discusiones con un retraso de dos horas tras un acalorado debate sobre la presencia de diputados comunistas, miembros de un partido ahora prohibido. Al final se optó por no permitir la estancia de los comunistas elegidos democráticamante, aunque no quedó claro cuántos de los 64 comunistas en la Cámara de 250 escaños tuvieron que salir. Pese a esta crisis y como muestra de buena voluntad se ha invitado a participar en la comisión investigadora a miembros de la oposición parlamentaria a Gamsajurdia, quien domina holgadamente el Parlamento.Previamente al inicio de los debates, el propio presidente ordenó retirar los autobuses que bloqueaban la calle principal frente a la casa de Gobierno para proteger el edificio, decisión destinada a permitir la vuelta a los cuarteles de los guardias nacionales en rebeldía y tomada después de una reunión entre Nodar Guiorgadze, ministro de Defensa, y Kitovani, que sirvió para sentar las bases de un compromiso que permita volver a sus cuarteles a los guardias nacionales que se encuentran en rebeldía.
"Regresaremos a los cuarteles sólo después de que se haya estabilizado la situación política", dijo Tenguiz Kitovani, de 53 años, en su cuartel general sito en la localidad de Shavnabada, en los alrededores de Tbilisi, la capital georgiana. Los guardias nacionales rebeldes se han instalado en la Villa del Komsomol, un lugar donde solían ir a descansar los jóvenes comunistas georgianos. El desvío del camino que conduce a ella, está bloqueado por militares con metralletas y un carro de combate. "Somos neutrales. Es falso que apoyemos a la oposición. El Ejército no debe mezclarse en la política".
Kitovani tuvo duras palabras para con su ex compañero el presidente Gamsajurdia. "De hecho", dijo, "ha incitado a la población a la guerra civil, pero nosotros lo impediremos". Cree que el presidente fue "manipulado por los agentes del KGB". Prueba de ello es que Gamsajurdia "cumplió las órdenes de los golpistas el 19 de agosto". El jefe rebelde dice que no pide el cese de Gamsajurdia porque no tiene derecho a hacerlo, y reconoce que la Guardia Nacional debería subordinarse al presidente, "siempre y cuando éste no sea un loco. Tenemos la sospecha de que Gamsajurdia no es normal psíquicamente". Kitavani afirma también que no desea continuar al frente del cuerpo una vez que la situación se estabilice.
El ministro de Defensa, Nodar Guiorgadze, de 38 años, tampoco es un militar de carrera. Independentista convencido, está lejos de mantener posiciones ultranacionalistas y aunque piensa que la mayor parte del Ejército soviético debe retirarse de Georgia, quiere seguir manteniendo buenas relaciones con él y recibir armas de la URSS.
"Estoy seguro de que se puede llegar a un compromiso. Pero para ello ambos, tanto el presidente como Kitovani, deberán hacer concesiones", dice Guiorgadze en su despacho del primer piso de la ex sede del partido comunista georgiano, hoy prohibido. "El Ejército no debe participar en los conflictos internos de la república ya sean étnicos o políticos", afirmó.
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