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Felipe González anunciará el lunes medidas contra la inflación y para la reforma del mercado de trabajo

La discusión de los Presupuestos Generales del Estado para 1992 quedó ayer muy avanzada durante la reunión del Consejo de Ministros,- y está prevista una sesión extraordinaria el próximo miércoles para que queden cerrados. Durante el debate, los ministerios inversores han planteado "algunos problemas" pero ahora "el grado de acuerdo es alto" según afirmó ayer la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde. El Gobierno decidió además revitalizar el contenido de la oferta social de progreso y anunció la adopción "cuanto antes" de medidas contra la inflación y para la reforma del mercado de trabajo.

La ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, rehusó ayer concretar el contenido, el cómo y el cuándo, de las medidas estudiadas ayer por el Consejo de Ministros. Se limitó a decir que son las contempladas en la oferta social de progreso y que el presidente del Gobierno las explicará el lunes en Televisión Española, y el ministro de Economía Hacienda, el jueves, ante el Parlamento.Rosa Conde recordó que la oferta de pacto realizada durante el mes de junio a las fuerzas sociales contenía medidas de política fiscal, monetaria, (le rentas y reformas estructurales. El Gobierno dedicó ayer el debate a este último grupo, en concreto a la reforma del mercado de trabajo (ordenanzas laborales, sistemas de contratación, reforma del Instituto Nacional de Empleo), las referidas al capital humano y otras de "control de la inflación". Ésta es la tercera vez en lo que va de ano que el Gobierno -por boca del secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, primero, y del vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, después- anuncia medidas para controlar la inflación.

El Gobierno revitaliza de esta forma el contenido de su gran programa de reformas para la competitividad de la economía española, tras el fracaso de las conversaciones con las fuerzas sociales. El documento (véase EL PAÍS del 13 y 14 de junio) enunciaba los problemas, pero sin concretar demasiado, salvo en el capítulo de la política de rentas. Frente a la inflación, por ejemplo, señalaba que, además de la limitación de salarlos y beneficios, "son necesarias reformas estructurales en muchos mercados", con una especial referencia al sector servicios.

El Gobierno se mostró así decidido a desmentir por la vía de los hechos las acusaciones de "paralización" que desde los sectores de la derecha y desde la propia Administración se han producido a la vuelta del verano. El mensaje que se transmitió ayer fue, además, de tranquilidad en los frentes de la inflación y el paro y respecto al proceso de integración en la Unión Monetaria Europea.

Los datos conocidos el pasado jueves sobre inflación no han provocado un cambio en el objetivo oficial del Gobierno para este año, que se mantiene en el 5%. Según Rosa Conde, la tasa anual puede bajar del 6% registrado en agosto, ya que el pasado año se acusó un alza en los precios del petróleo y hubo también una huelga del transporte que aumentó los precios. Respecto del paro, la ministra señaló que, "aunque hay dificultades", las perspectivas son "halagüeñas".

Y en cuanto a la integración europea, el Gobierno considera que la economía española no tendrá que hacer un "ajuste especial" para estar "a la cabeza, o al menos muy bien situada", de cara a la unión monetaria europea.

El Gobierno dejó ayer, por otra parte, prácticamente cerrado el debate sobre los Presupuestos del Estado para 1992. Rosa Conde únicamente admitió que los ministerios inversores -Obras Públicas y Defensa- han planteado "algunos problemas", pero ahora "el grado de acuerdo es alto". El próximo miércoles se celebrará un Consejo de Ministros extraordinario sobre el tema, dado que el del viernes será deliberatorio por celebrarse presidido por el rey Juan Carlos.

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