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Gobierno y oposición rechazan un cambio total del modelo autonómico

La polémica nacionalista surgida estos días en España a raíz de los sucesos de la URSS y Yugoslavia originó ayer una avalancha de declaraciones públicas desde el Gobierno, los principales partidos de ámbito estatal e incluso desde el Tribunal Constitucional. La reacción es unánime en un principio frente a eventuales tentaciones independentistas: mantener el modelo de Estado y, por tanto, rechazar la reforma de la Constitución. El presidente del Tribunal Constitucional fue contundente: "La palabra independencia no cabe en la Constitución".

El Gobierno y la mayor parte de las fuerzas políticas fijaron ayer sus posiciones respecto al debate.El Ejecutivo se opondrá a cualquier iniciativa para modificar la Constitución o los estatutos, como dejó claro el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas.

La reunión que anteayer celebró la Ejecutiva Federal del PSOE, dirigida por el secretario general y presidente del Gobierno, Felipe González, ha servido para que esa formación política ya tenga una doctrina oficial, aunque el presidente del Gobierno continúa en silencio respecto a esta polémica. Sin embargo, el vicepresidente, Narcís Serra afirmaba en Vigo que el Estado de las autonomías es "modélico" y puede servir como experiencia para otros países con problemas de nacionalismos.

Julio Anguita, presidente de Izquierda Unida, también comentó que hay que desarrollar los estatutos y la propia Carta Magna. En Barcelona el presidente del PP, José María Aznar, expresó su oposición a "una nivelación igualitaria" de competencias entre todas las comunidades, y haciendo un guiño al nacionalismo catalán moderado se mostró dispuesto a llevar "hasta sus últimas consecuencias" el desarrollo autonómico, incluyendo si hace falta la reforma de la Constitución a medio plazo, dijo, refiriéndose al Senado.

Entre las reacciones surgidas frente a los nacionalistas más radicales figuró la del presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, quien advirtió a Eusko Alkartasuna (EA), uno de los tres integrantes del actual Ejecutivo autonómico, que si mantiene su postura favorable a la independencia se colocará fuera del Gobierno. EA contraatacó anoche afirmando que la existencia de un programa común de Gobierno no supone una renuncia a la propia ideología.

El Gobierno defiende que hay que dejar enfriar esta "tormenta", en palabras de un ministro, pero no cree que en ésta ocasión vaya a amainar a corto plazo. Así, el presidente de Cataluña, Jordi Pujol, invitó ayer a los catalanes a celebrar hoy la Diada "compartiendo la alegría de los pueblos que se liberan", en referencia a las repúblicas bálticas y la URSS.

Páginas 14 y 15

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