La dulce revancha de un preso del KGB
REUTER,El diputado lituano Balys Gajauskas, preso político durante 37 años, se tomó una dulce revancha el sábado cuando volvió al cuartel general del KGB en Vilna para cerrarlo. Gajauskas, de 65 años, encarcelado en dos ocasiones por hacer valer sus pretensiones nacionalistas en esta república báltica, es el presidente de la comisión encargada de supervisar la disolución del cuerpo represivo en su país.
"Sí, cuando fui prisionero del KGB en 1977 les hubiera, dicho que volvería y que tendrían que acatar mis órdenes, habrían pensado que estaba loco", explica a los periodistas.
El KGB se encuentra en retirada a lo largo y ancho de toda la Unión Soviética después de haber participado en el frustrado golpe de Estado de agosto para derrocar al presidente Mijaíl Gorbachov, quien ha colocado a su frente a un liberal para que reconvierta la todopoderosa organización en un servicio de integencia al estilo occidental.
Un cartel en el acceso reza: "Aquí estuvo el KGB, caverna de asesinos de lituanos". Pintada en el asfalto hay una flecha en dirección a Moscú con un mensaje: "Kremlin, 800 kilómetros".
Los pasillos del cuartel, general del KGB, en cuyas paredes cuelgan ellas de Lenin, están patrullados por guardas lituanos.
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