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La ayuda no puede esperar a la reforma

Hay un amplio consenso en Estados Unidos y Europa en mandar a los soviéticos ayuda, por lo menos humanitaria -sobre todo, comida-, a gran escala y a medida que se acerca el invierno. (...) Es importante recordar que la distinción entre ayuda meramente humanitaria y la de otro tipo -ayuda para el desarrollo económico- no es siempre fácil. Será importante no confundirse estableciendo condiciones políticas y amenazando con parar otros tipos de ayuda hasta que los soviéticos -o ex soviéticos- alcancen ciertos complicados niveles de reforma económica. (...) La ayuda alimentaría, como toda la ayuda, será útil sólo en el grado en que pueda mantener al país funcionando en un orden razonable. El envío de alimentos por Occidente será mucho menos útil si las repúblicas, al declarar su independencia, ponen a la milicia en sus fronteras para evitar que los cargamentos de comida abandonen sus territorios, como han comenzado a hacer algunas. (...)La condición básica de Occidente para la ayuda tiene que ser el determinado reconocimiento de los derechos humanos y la continua democratización. Pero el golpe y su fracaso han transformado la posibilidad de un rápido cambio en la economía. Ha llegado el momento de comenzar a mandar ayuda. Habrá que hacer muchas reformas para que esta ayuda sea eficaz. Pero la ayuda será necesaria para hacer posible las reformas.

30 de agosto

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