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LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

Primero Moscú, luego la ONU

Las repúblicas bálticas han de plegarse a un largo trámite para ingresar en las Naciones Unidas

Antonio Caño

A. C. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde la Unión Soviética tiene derecho de veto, tendría que aprobar previamente cualquier solicitud de las repúblicas bálticas para incorporarse como miembros de la organización, aunque la decisión final corresponde a la Asamblea General.

Los representantes en Estados Unidos de Estonia, Letonia y Lituania tienen previsto presentar su solicitud a la ONU como parte de su proceso de independencia, pero no quieren precipitarse, y prefieren asegurarse antes que Moscú no vetaría su entrada.

Los demás miembros del Consejo de Seguridad con derecho a veto y favorables a la incorporación de las repúblicas bálticas -Estados Unidos, Francia y el Reino Unido- tampoco son partidarios de respaldar una propuesta en ese sentido hasta que las repúblicas que buscan su independencia hayan llegado a un acuerdo con el Gobierno de la Unión Soviética, según fuentes de las Naciones Unidas.

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La Carta de la ONU afirma que "podrán ser miembros de las Naciones Unidas todos los Estados amantes de la paz que acepten las obligaciones consignadas en esta Carta y que, a juicio de la Organización, estén capacitados para cumplir dichas obligaciones y se hallen dispuestos a hacerlo".

"La admisión de tales miembros", añade el artículo 4, "se efectuará por decisión de la Asamblea General, a recomendación del Consejo de Seguridad".

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Una vez presentada la solicitud formal de incorporación, el Consejo de Seguridad nombra una comisión que estudia cada caso y eleva un informe al propio Consejo, que debe decidir finalmente -por una mayoría de nueve de los 15 miembros permanentes- si recomienda o no a la Asamblea General la admisión de nuevos socios. La próxima Asamblea General comienza a mediados del mes de septiembre y concluye tres meses después, por lo que resulta prácticamente imposible que la incorporación de las repúblicas bálticas pueda ser debatida en esa sesión. Existe la posibilidad teórica de que el tema fuese tratado en alguna de las sesiones extraordinarias que habitualmente se celebran antes de la siguiente asamblea anual ordinaria.

Los representantes de las repúblicas bálticas no parecen interesados por ahora en acelerar su proceso de incorporación a la ONU. El cónsul general de Estonia en Nueva York, Ernst Jaakson, declaró a EL PAÍS que ni su país ni ninguna otra de las repúblicas vecinas "tienen prisa por dar ese paso". "Eso es algo que, desde luego, vamos hacer; forma parte de nuestro planteamiento, pero no tenemos planes para solicitar la incorporación inmediatamente".

El representante de Lituania en Nueva York, Stasys Lozoraitis, opina que el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, podría ser un obstáculo en la incorporación de los bálticos. "Ha saboteado todo lo que ha podido y ha considerado a los Estados bálticos como parte de la Unión Soviética", afirma el representante lituano.

Ernst Jaakson cree, sin embargo, que Pérez de Cuéllar no puede detener el proceso de admisión cuando éste se ponga en marcha, siempre que antes las repúblicas bálticas consigan un acuerdo de todo el Consejo de Seguridad.

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