Major propone una respuesta unitaria de la CE

ENRIC GONZÁLEZ El Reino Unido estaba, como el resto de los países occidentales, totalmente desprevenido. La deposición y detención de Mijaíl Gorbachov constituyeron una brutal sorpresa. El primer ministro, John Major, recién vuelto de vacaciones, se apresuró a declarar que las noticias procedentes de Moscú eran "ominosas" y que, a la espera de mayor información, todo parecía indicar que la sustitución del presidente soviético había sido "totalmente inconstitucional".

"Se trata de un golpe de Estado contra las reformas políticas y económicas en la Unión Soviética, por las que el mundo entero ha apostado", señaló Major en una breve declaración ante los periodistas.

Un Gabinete de crisis compuesto por Major y los ministros más significados se reunió a partir de las tres de la tarde en la residencia del primer ministro. Mientras la Embajada británica en Moscú transmitía a Londres información "minuto a minuto" sobre los acontecimientos en aquella capital, Major se mantenía en contacto telefónico con el presidente de EE UU, George Bush, y con los máximos dirigentes de los países de la Comunidad Europea (CE). El premier británico comentó con el presidente francés, François Mitterrand, la posibilidad de convocar con urgencia una cumbre de jefes de Estado de la CE para los próximos días.

El Gobierno británico no adoptó oficialmente ninguna decisión, a la espera de la reunión que hoy mantendrán en La Haya (Holanda) los ministros de Exteriores comunitarios para articular una respuesta conjunta. La necesidad de que la CE reaccione de forma unitaria ante esta crisis fue subrayada tanto por Major como por los líderes de la oposición, el laborista Neil Kinnock y el liberal-demócrata Paddy Ashdown.