Fracasa el intento de la oposición de volver a Guinea

Severo Moto, líder del Partido del Progreso (PP) de Guinea Ecuatorial, que tenía previsto viajar hoy a su país para tratar de obtener la legalización de su formación política, no podrá hacerlo porque la Embajada de Malabo en Madrid ha rechazado renovarle el pasaporte. "La negativa viene directamente del presidente Teodoro Obiang, lo que siembra profundas dudas sobre la veracidad del proceso de democratización que ha emprendido", afirma Moto.

Según declaró Severo Moto a este periódico, los otros dos partidos de la oposición ecuatoguineana, el Partido Socialista (PS) y la Alianza Nacional de Restauración Democrática (ANRD), le habían conferido ser "avanzadilla" de esta segunda operación retorno. La primera, en 1988, acabó con la detención del secretario general del PP, José Luis Jones.El mes pasado, los dirigentes de los tres partidos pensaban volver juntos a Malabo, pero ciertos indicios negativos aconsejaron que la "prueba de fuego" la realizase Moto solo. "El mismo lunes pasado, fuentes de mi partido en el interior me desaconsejaron que volviera".

Las autoridades policiales ecuatoguineanas detuvieron el viernes pasado a varios ciudadanos acusados de propagar ideas subversivas contra el régimen de Obiang. Entre los detenidos se encuentra el ex vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria, Antonio Ebanag Mbele Abang, así como Pedro Ekong Andeme, antiguo miembro del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) y Constantino Ndongo Andeme, según informó la agencia Efe.

"Son las contradicciones y la esquizofrenia del régimen de Obiang. De un lado, libera a un golpista [el sargento Venancio Micó] condenado a muerte, y de otro, encarcela a quienes hablan de libertad", afirmó Moto.

Para el dirigente del PP, la liberación del sargento Micó es "terriblemente positiva, pero existe el riesgo de que se convierta en un acto aislado". Moto manifestó que la puesta en libertad de Micó no da, por si sola, credibilidad al proceso democratizador de Obiang. "Tal vez sólo es un intento de contentar a Felipe González para que acceda a las peticiones que le haga durante su estancia en Malabo", indicó.

El presidente del Gobierno español tiene previsto viajar a la antigua colonia africana el próximo 9 de septiembre. Moto señaló que el Gobierno español no se ha puesto en contacto con él ni con ningún otro dirigente de la oposición guinearia. "Estaría encantado de hablar con Felipe González en Guinea; pero si yo no puedo, hay mucha gente de mi partido en el interior. Le será fácil contactar con nosotros".

Felipe, mensajero de libertad

"Felipe González ha de ser el mensajero de la libertad; no importa que para ello tenga que molestar un poco, a la dictadura. Si ayuda al pueblo a recuperar su libertad, el viaje habrá sido positivo y tal vez se encuentre con que al más mínimo gesto en este sentido los guineanos se van a lanzar a las calles a aplaudirle", declaró.La oposición ecuatoguineana había concebido ciertas esperanzas de apertura del régimen tras la campaña emprendida en los últimas semanas por Obiang de "adaptarse a las actuales corrientes internacionales multipartidistas". Pero la negativa de la Embajada a renovar los documentos de Moto o a darle un salvoconducto que le permita viajar aumenta la desconfianza hacia la supuesta. democratización del régimen. "El funcionario me dijo que tenía que esperar al embajador en Madrid, Eduardo Ndong Eló; pero si Obiang ha dado orden de que me impidan viajar, ya pueden venir cinco embajadores que no servirá de nada". Ndong Eló tiene previsto volver a Madrid mañana.

Y Moto reta al presidente: "El avión hacia Guinea sale esta noche. Si Obiang está dispuesto a que yo entre en el país, tiene más de 12 horas para enviar un télex a la Embajada y ordenar que me renueven mi pasaporte"

Según Moto, Obiang está infiltrando en España "agentes desestabilizadores" que pretenden la división de la oposición ecuatoguineana. Aseguró que los ha denunciado a las autoridades españolas con nombres y apellídos, y que éstas le indicaron que tenían conocimiento de ellos. "No me gusta juzgar la actuación del Gobierno español; pero si. quisieran frenar estas infiltraciones, les sería muy fácil". El opositor señala que ha recibido amenazas de esos agentes.