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Como tiros de verdad

Enrique Urbizu lleva su segunda película a los bajos fondos de Bilbao

Elsa Fernández-Santos

Sólo hay una cosa que pueda enfrentar a dos mujeres diferentes con policías corruptos, macarras, pistoleros, chulos y alcahuetas: conseguir la pasta de un atraco perfecto. La hampona ciudad que les rodea podría ser Chicago, pero en este caso es Bilbao. Las dos mujeres son las actrices María Barranco y Kiti Manver, que, junto con Antonio Resines y casi 50 actores más, dan vida a los personajes de esta película de acción, un género que cuando lo trata el cine español a menudo no suena a verdad. El vasco Enrique Urbizu, de 28 años, dirige Todo por la pasta, que considera "un filme de acción violento y cínico". La película se estrena hoy.

El equipo de Todo por la pasta es joven. Ni el director, Enrique Urbizu, ni el productor, Joaquín Trincado, ni el guionista, Luis Marías, llegan a los 30 años. El rodaje duró "semanas y participaron 800 figurantes. "El rodaje fue duro por la gran cantidad de localizaciones. Seis meses antes del rodaje comenzamos a planificarlo plano a plano. Era la única forma de que una película con tanta acción saliera bien", comenta Urbizu que rodó la película con un guión que había pasado por tres versiones y nueve reescrituras.Esta es la segunda película de Urbizu y su equipo. La primera, Mi novia está loca, 1987, fue también la primera de María Barranco, que entonces era una actriz desconocida y que ahora ya tiene 11 películas a sus espaldas. Azucena, su personaje en Todo por la pasta, lo escribieron pensando en su facilidad para, la comedia. "Yo tengo ese despiste de Azucena, y también su ingenuidad y su forma de ilusionarse por las cosas", comenta la actriz, protagonista por primera vez.

Kiti Manver es la otra mujer. Cerebral y fría, se enfrenta a tiros contra lo que sea, o a tijeretazos, con tal de conseguir el dinero. Los actores son Antonio Resines, Pilar Bardem, Maite Blasco, Pepo Oliva, Pedro Díez del Corral, Caco Senante y Pepe Amezola, entre otras caras nuevas. Todos envueltos en un enredo que tiene a Bilbao como gran protagonista.

"La película tiene un ligero trasfondo político pero que no es vasco, es universal. La policía es corrupta en todo el mundo. Lo que ocurre es que en el País Vasco lo vivimos más de cerca", comenta el productor Joaquín Trincado, de 29 años. "Bilbao es una ciudad que se presta por su geografía al cine negro o al thriller", añade Urbizu que no cree en etiquetas, ni por lo tanto en un cine vasco, aunque reconoce que existe una pequeña industria empeñada en salir adelante.

La película, con un presupueto 190 millones de pesetas -64 eran de subvención de Cultura y del gobierno vasco- ha contado con dos técnicos extranjeros conocidos: el técnico de sonido Roy Charman, y el de efectos especiales Kit West, los dos ganadores de sendos Oscar por sus trabajos en En busca del arca perdida, de Steven Spieldberg, y han conseguido, como dice la actriz María Barranco, que los tiros "parezcan de verdad".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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