La 'noche de las estrellas fugaces' será especialmente atractiva la próxima madrugada
La noche de las estrellas fugaces, un espectáculo que ha fascinado a los observadores del ciclo desde hace 2.000 años y que se repite siempre en agosto, será esta madrugada especialmente atractiva, puesto que la Luna no limitará la visibilidad del fenómeno, que podrá verse en el hemisferio norte. La lluvia de estrellas se observará en toda España mirando hacia el Noreste, hacia la constelación de Casiopea. El mayor número de estrellas fugaces se verá alrededor de las cuatro de la madrugada del martes, hora peninsular, según Mark Kidger, astrónomo del Instituto Astrofísico de Canarias.
Los observadores no necesitarán equipos especiales para ver estos fuegos artificiales naturales porque los binoculares y telescopios limitan el área visible del cielo, y cuanto mayor sea el campo de visión más estrellas fugaces se ven. La Luna, en fase creciente, habrá desaparecido a la hora de la lluvia de meteoritos, favoreciendo la observación en total oscuridad.La estrellas fugaces son las trazas brillantes que dejan los meteoros, granos de polvo procedentes de cometas, por combustión al chocar con la atmósfera superior de la Tierra, a 100 kilómetros de altura, a una velocidad de 61 kilómetros por segundo. Todos los años, alrededor del 12 de agosto, la Tierra atraviesa una nube de residuos de materia procedentes del cometa Swift-Tuttle provocando una o dos estrellas fugaces por minuto que duran menos de un segundo cada una.
Esos meteoros aparentemente proceden de la constelación de Perseo, por lo que se denominan perseidas. Para observar el fenómeno en las mejores condiciones es aconsejable situarse en zonas alejadas de luces artificiales, incluso evitando los faros de coches o linternas.
Astrónomos aficionados
"Los astrónomos profesionales no harán observaciones especiales esta noche; serán los aficionados quienes medirán el brillo, número y velocidad de los meteoros", ha explicado Kidger. "Luego", continúa, "comunicarán los datos a los grupos coordinadores nacionales e internacionales, y los científicos realizarán los estudios estadísticos". Los observadores que participaron en la vigilancia estelar en 1988 contaron 32.041 meteoros, según Paul Roggemans, coordinador de la campaña internacional.Las perseidas se han visto en el cielo nocturno al menos desde que los observadores chinos registraron el acontecimiento en el año 36 de nuestra era. Durante siglos se han llamado lágrimas de San Lorenzo, porque fueron especialmente brillantes cuando el mártir fue sacrificado, en agosto del año 258. Puesto que no existían registros del fenómeno todos los años, los astrónomos no reconocieron su carácter anual hasta 1835, pero la lluvia de estrellas fugaces se ha observado todos los veranos desde entonces. En1866, el astrónomo Giovanni Schiaparrelli determinó que estos fuegos artificiales naturales siguen un recorrido casi idéntico a la órbita del cometa periódico Swift-Tuttle, descifrando el enigma de su origen.
Los cometas periódicos, que viajan en una órbita cerrada alrededor del Sol y por tanto pasan por el mismo trazado en el cielo cada cierto periodo de tiempo, se van evaporando y fraccionando en sus sucesivos giros por las proximidades del astro. Esos fragmentos permanecen dispersos a lo largo de la órbita del cometa, y cuando la Tierra atraviesa ese campo de polvo cometario, miles de granos de partículas y granos de polvo impactan en su atmósfera. Las lluvias de estrellas fugaces se producen siempre, por tanto, en las mismas fechas del año, y la del 12 de agosto es la más espectacular en el hemisferio norte. Según los expertos, este fenómeno no tiene ninguna influencia sobre la Tierra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.