ETA provoca el caos ferroviario al hacer estallar dos bombas en Palencia y Toledo

ETA cumplió ayer su amenaza terrorista con la explosión de dos bombas que paralizaron prácticamente el tráfico ferroviario y provocaron el caos en las estaciones en el primer fin de semana de agosto. Los principales trenes fueron paralizados a partir de las cero horas del sábado, después de que ETA, por tercer año consecutivo, advirtiera de la colocación de bombas en cinco trazados ferroviarios. La situación no comenzó a normalizarse hasta última hora de la tarde de ayer. En dos de los tramos amenazados estallaron sendos artefactos: el primero, a la 1.50, en el kilómetro tres de la línea Palencia-Magaz, a la altura de Villamuriel.

El segundo, a las 5.30, en Villasequilla de Yepes (Toledo). No hubo víctimas, aunque sí daños materiales. El caos en las principales estaciones fue total. Más de 200.000 viajeros vieron alterados el inicio o el regreso de sus vacaciones.La normalidad empezó a restablecerse por la tarde, después de 14 horas con el servicio suspendido en los principales itinerarios. Los tramos amenazados por ETA fueron los comprendidos entre Madrid y Gijón, Sevilla y Tarragona, y el de Zaragoza-Valladolid. A éstos se sumó ayer por la tarde el de Madrid-Zamora, que no figuraba en la primera relación dada a conocer por la banda terrorista. No obstante, Renfe decidió suspender también el resto de trayectos nacionales de largo recorrido, ya que en algún momento de su trazado interferían con las vías presumiblemente saboteadas.

Decenas de miles de viajeros tuvieron que buscar alternativas en estaciones de autobuses, coches particulares y aviones. Renfe puso a disposición de los viajeros 200 autocares, número insuficiente para la demanda de afectados. Los servicios de información de la compañía quedaron saturados. Sólo a partir de las 14.30 de ayer comenzó a restablecerse la normalidad: primero, en los trenes de cercanías; después, con expresos que realizaron rutas alternativas, a menudo más largas e incómodas.

La compañía decidió reemprender el servicio después de que trenes de reconocimiento con detectores de metales peinaran las vías amenazadas.