Una bomba hiere en Madrid a un directivo y a un guarda de una empresa relacionada con Leizarán
Felipe Rey Patiño, ejecutivo de Construcciones Atocha, propietaria de una firma adjudicataria de las obras de la autovía de Leizarán, y el vigilante Antonio Llanes Chacón, que perdió su mano izquierda, resultaron ayer heridos cuando en torno a las 13.10 les estalló un paquete bomba destinado al primero cuando circulaban en coche en Madrid. Según fuentes policiales, la explosión presumiblemente se produjo al manipular el artefacto el vigilante. Todo hace pensar que el atentado se inscribe en la campaña de ETA contra esta autovía que unirá San Sebastián con Pamplona. El pasado 12 de junio murieron dos artificieros al intentar desactivar otro paquete bomba destinado a Construcciones Atocha.
En torno a las 13.10 de ayer estalló un paquete bomba a bordo del Mercedes 300 gris metalizado matrícula M-3825LM que circulaba a la altura del número 75 de la madrileña calle de Príncipe de Vergara. El estallido causó heridas a los dos ocupantes del vehículo,. Felipe Rey Patiño, de 51 años de edad, que conducía el coche, y el vigilante jurado Antonio Llanes Chacón, de 26 años, contratado por la Diputación Foral de Guipúzcoa. El primero, según fuentes de la empresa, es ejecutivo de Construcciones Atocha, propietaria de la firma Ramos Hidalgo, adjudicataria de las obras de la autovía de Leizarán. El presidente de Construcciones Atocha, Jesús Gallego y Gallego, es consejero de la firma Ramos Hidalgo.La versión que facilitaban fuentes policiales es que ambos, a bordo del citado vehículo -propiedad de un tercero- transportaban el paquete bomba recibido por el ejecutivo a la empresa de seguridad que protege a dicha Firma para que revisara su contenido.
La versión facilitada en el hospital por el propio ejecutivo al alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, difiere radicalmente. Rey Patiño indicó al segundo que el paquete bomba había estado varios días en su domicilio y que lo había pasado por el detector de metales de la empresa Construcciones Atocha sin que se advirtiera nada extraño. Según el ejecutivo, la explosión no se produjo al abrir el sobre, acción que realizó el vigilante jurado "sin que pasara nada", sino al hacer otro tanto con un catálogo que contenía el mismo.
La deflagración originó, según el parte médico del hospital de la Princesa, adonde fueron conducidos ambos inmediatamente después de la explosión, lesiones superficiales en cara y cuello a Rey Patiño, así como rotura del tímpano derecho. Los médicos esperaban que saliera anoche del hospital por su propio pie. Llanes fue operado anoche y sufrió la amputación de la mano izquierda y la mutilación de tres dedos de la derecha. Llanes padece también quemaduras en el tórax y en la cara.
Según fuentes policiales, a tenor de los primeros datos del análisis de los restos del sobre, el paquete bomba fue echado al correo el pasado 29 de julio en Aranda de Duero (Burgos). El envío postal iba destinado al domicilio de Rey Patiño y a su nombre. El remitente, aunque fuentes policiales indicaron que no había podido averiguarse, era un amigo del ejecutivo, según explicó este último al alcalde. Este hecho causó la extrañeza de Rey Patiño, ya que no veía razón para que su amigo, que también vive en Madrid, le enviara este paquete.
La empresa Ramos Hidalgo difundió anoche un comunicado en el que asegura que Rey Patiño no tiene ninguna vinculación con la empresa ni con la construcción de la autovía de Leizarán. Esta versión era desmentida por el encargado de obras públicas de Guipúzcoa, Ramón Sodupe, quien aseguró que Rey Patiño es socio de la empresa Ramos Hidalgo, que construye la autovía.
Este es el segundo paquete bomba enviado a Construcciones Atocha, que está relacionada con la construcción de la autovía de Leizarán, cuyas obras están amenazadas por ETA. El primer paquete bomba ocasionó la muerte de dos artificieros del Cuerpo Nacional. de Policía, que fallecieron el 12 de junio al intentar desactivarlo.
Se trataba de un paquete dirigido al presidente de Construcciones Atocha, Jesús Gallego y Gallego. Construcciones Atocha, constituida en 1976 con un capital de 25 millones de pesetas, adquirió la compañía Ramos Hidalgo, que es la adjudicataria del tramo guipuzcoano de la autovía de Leizarán, presupuestado en 7.000 millones. Construcciones Atocha presentó suspensión de pagos el pasado 21 de mayo y sus 600 trabajadores llevan un mes y medio sin cobrar. Fuentes de CC OO indican que Construcciones Atocha participa en un 75% en Ramos Hidalgo, aunque aquélla niega cualquier relación entre ambas empresas.
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