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Dos cubanos mueren en el tren de aterrizaje de un avión que voló de La Habana a Madrid

Los cadáveres de dos polizones cubanos fueron hallados ayer congelados en el tren de aterrizaje del avión Costa Dorada, un DC-10 de lberia (IB-944) que tomó tierra a las tres de la tarde en el aeropuerto de Barajas procedente de La Habana. Los cuerpos de José Manuel Acevedo Cárdenas, de 20 años, y Alepis Hernández Chacón, de 19, fueron descubiertos agarrados a la horquilla del tren de aterrizaje. El avión recorrió los 9.000 kilómetros que separan España de Cuba a 12.000 metros de altura. La temperatura en el exterior de la nave era de 55 grados bajo cero.

Los dos cubanos lograron introducirse en el avión en el aeropuerto de La Habana, posiblemente cuando el avión estaba detenido en la cabecera de pista para iniciar el despegue, según un miembro de la tripulación. El vuelo y el aterrizaje en Barajas, con media hora de retraso, se realizó sin que la tripulación ni los 202 pasajeros notaran nada anormal.Los cadáveres fueron hallados por un operarlo de mantenimiento de Iberia que inspeccionaba el aparato cuando estaba estacionado en el puesto número 40 de la terminal. El avión iba a partir rumbo a San Juan de Puerto Rico.

Testigos presenciales del hallazgo confirmaron que los dos cadáveres se desplomaron al rato de abrirse las compuertas del tren de aterrizaje, cuando el avión estaba estacionado. Los dos polizones estaban agarrados la una horquilla y, con toda probabilidad, se desprendieron al descongelarse sus miembros debido al calor que se registraba en Barajas. Estas mismas fuentes precisaron que los jóvenes estaban vestidos con ropa de verano de tela ligera.

La muerte de los polizones se produjo durante el vuelo, según confirmó el médico forense al ejecutivo de servicio en Barajas, Antonio Anero, después de realizar una primera inspección de los cuerpos en el propio aeropuerto. Miembros de la dirección del aeropuerto apuntaron la imposibilidad de aguantar con vida un viaje de estas características.

Supervivencia imposible

Tanto la duración del vuelo (ocho horas y media) como el frío (55 grados bajo cero en el exterior de la nave y de 40 bajo cero en el compartimento del tren de aterrizaje) hacen prácticamente imposible la supervivencia. Además, a la altura a la que se realiza el vuelo (12.000 metros) apenas hay oxígeno.El titular del Juzgado de Instrucción número 20 de Madrid ordenó el levantamiento de los cadáveres a las 17.15. Los cuerpos fueron trasladados por la Guardia Civil al Instituto Anatómico Forense para practicarles la autopsia. Las causas oficiales del fallecimiento se conocerán hoy.

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Con estas dos personas, se eleva a cinco el número de cubanos que en los últimos 22 años han intentado huir de su país en los trenes de aterrizaje de aviones con destino España. Sólo uno de ellos logró sobrevivir, en junio de 1969. Este cubano soportó a bordo de un DC-8 los 9.000 kilómetros que separan La Habana de Madrid, con temperaturas que alcanzaron los 22 grados bajo cero.

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