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Sadam Husein decreta una amnistía para los presos políticos en Irak

Ángeles Espinosa

El presidente iraquí, Sadam. Husein, amnistió ayer por sorpresa a todos los presos políticos y exiliados de su país. La medida coincide con el reconocimiento de que el Gobierno ha enviado tropas a las marismas del Sur, aunque Bagdad niega que vayan a atacar a los shiíes que se refugiaron en ellas tras las revueltas de marzo. La medida de gracia, contenida en dos decretos del Consejo de Mando de la Revolución que llevan la firma presidencial, alcanza a todos los presos políticos que se encuentran en las cárceles iraquíes.

Los opositores dentro y fuera del país y los desertores del Ejército, a excepción de los oficiales, también está incluidos en la resolución. La alta instancia política justifica esta decisión por la nueva etapa emprendida en Irak "sobre la base de la participación popular en el Gobierno y el pluralismo político".De acuerdo con el texto, difundido por la agencia oficial de noticias, INA, se trata de dar a los opositores una oportunidad de "reconsiderar su comportamiento y empezar una nueva fase en la vida nacional". Aunque los decretos no precisan el número de personas que van a beneficiarse, decenas de miles de iraquíes se encuentran en el exilio, incluidos los kurdos y los musulmanes shiíes que huyeron tras el aplastamiento de las revueltas del pasado marzo. Ya entonces el Gobierno perdonó a los sublevados, salvo a los culpables de violación o asesinato.

Esta nueva amnistía coincide con un resurgimiento de la tensión interna. "Irak no tiene intención de lanzar ninguna operación militar en las marismas ni en otra zona de su territorio", ha asegurado el ministro iraquí de Exteriores, Ahmed Husein Judayer, en una carta al enviado especial de las Naciones Unidas para el Golfo, príncipe Sadrudín Aga Jan. La misiva, publicada ayer en el diario gubernamental Al Yumhuria, sale al paso de las acusaciones de la ONU sobre el redespliegue del Ejército al sur del país. Judayer asegura que los soldados intentan impedir infiltraciones desde Irán.

Ni la ONU ni el ministro iraquí en su carta han hecho referencia al número de soldados enviados a la zona. Pero, desde su llegada, los militares han impedido el paso del personal de ese organismo internacional, que intentaba asistir a los miles de shiíes refugiados allí tras las revueltas. Fuentes de la ONU cifran su número entre 30.000 y 100.000 personas. Otros 60.000 shiíes se hallan todavía en Irán.

Con respecto al problema del Kurdistán, una delegación kurda viajó ayer a Bagdad para discutir con el Gobierno iraquí la situación creada por los enfrentamientos de la pasada semana, que, según organizaciones humanitarias, provocaron la huida de unos 20.000 kurdos hacia zonas seguras.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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