Un maestro de economistas
El día 20 de julio se cumplieron 100 años del nacimiento, en la asturiana villa de Grado, de Valentín Andrés Álvarez (fallecido al comenzar el otoño de 1982), uno de los brillantes y polifacéticos maestros que asumieron el liderazgo en la creación de los estudios universitarios de economía en España.
Sus extraordinarias dotes como docente marcaron duraderamente a bastantes promociones de economistas salidos de las aulas universitarias madrileñas. Junto a Manuel de Torres y José Castañeda, algp más jóvenes, Valentín Andrés Alvarez contribuye decisivamente a dar cuerpo y entidad a los estudios de economía en la Universidad española a través de su magisterio en la primera facultad creada, la que abre sus puertas en Madrid en el curso 1943-1944. Pero, a diferencia de los otros dos autores citados, cuando Valentín Andrés Álvarez accede a la cátedra de Madrid tiene ya recorrido un más que aceptable camino por el mundo de la creación literaria, además de un largo e insólito itinerario formativo.Física y metafísica
Entre 1907, cuando llega a Madrid para comenzar sus estudios universitarios, y la primera mitad de los años veinte Valentín Andrés Álvarez, teniendo como mentor a Laureano Diez Canseco (un personaje también singular y con no pocos destellos de genialidad: recuérdese el retrato que de él hacen, por ejemplo, Ramón Carande o Pedro Sainz Rodríguez), cursa las licenciaturas de Farmacia y Física y Matemáticas, sigue los cursos de doctorado en Ciencias bajo la dirección de Blas Cabrera, asiste a las clases de Metafísica que dicta Ortega y a las de Etica que imparte García Morente, y se licencia también en Derecho, cursando las asignaturas de Economía Política y Hacienda Pública con Antonio Flores de Lemus, el más influyente de los economistas españoles del primer tercio del siglo XX. Todo ello al tiempo que frecuenta el Ateneo y los salones de la bohemia ilustrada madrileña de la época, y que escribe una muy estimable obra literaria, colaborando en revistas prestigiosas, como Plural o Revista de Occidente, y cultivando géneros diversos, desde la poesía -con un primer libro de poemas, Reflejos, publicado en 1921- hasta el relato novelado -con dos títulos de éxito: Sentimental-dancing y Naufragio en la sombra-, y desde el teatro -con otros dos títulos recordables: Tararí, estrenada en 1929, y Pim-pam-pum, que habrá de esperar a 1946 para ver elevarse el telón- hasta el cuento o el ensayo vanguardista de difícil encasillamiento.
Ejemplar magisterio
A pesar de la no desdeñable notoriedad así alcanzada, su hasta cierto punto tardía vocación por la economía y por la docencia universitaria acabará siendo la faceta más destacada y ciertamente memorable de su biografía.
De hecho, aunque ya durante los años treinta comienza a orientar su actividad en esta dirección, no será sino después de la guerra civil cuando dé pasos resueltos. En 1941 defiende su tesis de doctorado sobre Valoraciones del comercio exterior de España, y al año siguiente gana por oposición la cátedra de Economía Política de la Universidad de Oviedo, trasladándose muy pronto, al iniciarse 1944, a la Universidad de Madrid, a la recién inaugurada Facultad de Ciencias Políticas y Económicas. Y es ahí donde, como catedrático de Teoría Económica, desarrolla durante tres lustros sin interrupción su labor docente, plena de talento y recursos pedagógicos, incorporando en sus lecciones la óptica del análisis neoclásico -lo que suponía toda una ruptura innovadora en lo que había sido hasta entonces la línea dominante entre los economistas españoles- y transmitiendo a sus alumnos el gusto por la lógica económica y los grandes autores de la historia de las doctrinas económicas.
Madurez vital
Como autor, y por más que su primera publicación en una revista especializada -Economía Española- date de 1935, hay que esperar también a los años cuarenta para que comiencen a aparecer sus títulos más apreciables, desde la tesis doctoral antedicha hasta los trabajos de última hora, entre los que cabe mencionar una introducción al Tableau economique, de Quesnay, publicada en 1975.
Se trata, por consiguiente, de obra hecha en plena madurez vital e intelectual y que, sin ser copiosa, es un ejemplo de obra bien acabada y pulida, tan concisa como sugerente. Una obra que Valentín Andrés Álvarez realiza aprovechando cuatro apoyos institucionales: el primero, la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, durante los años en que dicho centro académico es vivero de equipos de trabajo; el segundo, el Instituto de Estudios Políticos, de la mano en los pasos iniciales de Ramón Carande; tercero y fundamental, el Servicio de Estudios y Publicaciones del Banco Urquijo, refugio durante los años más difíciles de la posguerra de reconocidos liberales, como el propio Valentín Andrés, donde se editará otra publicación periódica especializada: Moneda y Crédito, en cuyas páginas aparecerán algunos de sus más señalados artículos; hay que mencionar, por último, la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, para la que es elegido en 1948, aunque no ingrese hasta 1952.
Investigación
Cuatro plataformas desde las que Valentín Andrés Álvarez elabora o dirige estudios tanto de alcance teórico como de economía aplicada, sobresaliendo entre ellos los dedicados a las formas y terminología del mercado en un caso, y los primeros análisis input-output y de contabilidad nacional de España en otro.
Es la suma de todo, atractiva personalidad y decantado estilo intelectual, magistral actividad docente y esmerado trabajo de investigación, lo que hoy, en el centenario de su nacimiento, sigue haciendo bien estimulante la memoria de don Valentín Andrés Álvarez.
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