Taranto Cristina

Sueños flamencosBallet de Cristina Hoyos. Conde Duque, Madrid, 17 de julio.

El taranto que bailó Cristina Hoyos fue memorable. Un hito personal, pero transferible a la historia de un arte que ella domina con autoridad y señorío. Un arte que siente, que sufre y que goza cuando se entrega al ejercicio de su ritual con pasión y ensimismamiento.

No se puede penetrar más profundamente en un baile. Es otra cosa, es incorporar al propio cuerpo el mismo baile, como si uno y otro fueran un solo ser. O un solo sentimiento, a cuyo dictado Cristina Hoyos bailó prodigiosamente, con imaginación, con derroche de ideas y soluciones originales y bellísimas.

Cristina Hoyos logra el milagro de que lo jondo resplandezca sin las limitaciones que el montaje teatral impone al rabioso individualismo de la expresión flamenca. Lo demostró igualmente en la soleá por bulerías, otro portento de ejecución personal, y en la apoteosis por bulerías final.

El conjunto de bailaoras y bailaores brilla, sobre todo, en esos tangos a base exclusivamente de un acompañamiento de zapateado y palmas, y en las alegrías. Se nota el impulso creador de Manolo Marín, quien colabora con Cristina en la coreografía. Los guitarristas y los cantaores, a la altura.