Detenidos en Amsterdam los ladrones de los 20 "van gogh" recuperados
El vigilante del museo era cómplice del mayor robo cometido desde la II Guerra Mundial
El enigma que pesaba sobre el mayor robo de obras de arte desde la II Guerra Mundial y en el que desaparecieron y fueron recuperados en menos de dos horas 20 lienzos del pintor holandés Vincent van Gogh valorados en 1.000 millones de florines (55.000 millones de pesetas) fue desvelado ayer en Amsterdam. Los dos hombres que sustrajeron los cuadros eran cómplices de uno de los guardas que vigilaba el museo del pintor la madrugada del pasado 14 de abril. Un cuarto implicado había trabajado durante algún tiempo en La Unión Nocturna, compañía holandesa encargada de la seguridad del centro. Todos acaban de ser detenidos por la policía, que ha invertido tres meses y movilizado a 30 detectives en el curso de esta investigación.
Hacia las 3.30 del pasado 14 de abril, el día del robo, un vigilante oyó pasos dentro del museo y se dio casi de bruces con una pareja de encapuchados que le encañonaban. Para el otro guarda de servicio la visita no constituía ninguna sorpresa. Había colaborado durante un año con los intrusos en la confección del plan del asalto. Para lograr su objetivo, uno de los ladrones se escondió en el centro antes de las cinco de la tarde, hora normal de cierre. Así pudo franquearle de nuevo la entrada a su cómplice sin que saltara ninguna alarma. Los dos habían sido aleccionados sobre su funcionamiento por el empleado y un ex trabajador de la compañía aseguradora también detenido.Para que la escena resultara completa, el guarda involucrado en los hechos sería encerrado en una habitación. Su compañero fue encañonado y obligado a llevar a los ladrones hasta los cuadros. Antes había sido desconectado el sistema central de alarma, un incidente registrado en la memoria de los ordenadores instalados en el centro de operaciones de La Unión Nocturna. Sin embargo, nadie avisó a la policía, que ahora trata también de despejar esta duda.
A partir de ese momento los hechos se desarrollaron con rapidez. Los enmascarados invirtieron una hora en descolgar 20 lienzos de Van Gogh, introduciéndolos luego en dos bolsas de ropa y una maleta deportiva. A las 4.48 abandonaban el lugar, no sin antes haberse apropiado del coche del vigilante ajeno al robo. Con el botín en el maletero huyeron en busca de otros cómplices. Su identidad es investigada en estos momentos. Un minuto después aparecieron los agentes, alertados por el guarda, que liberado de su encierro hizo sonar la alarma.
Acción
Pero la acción iba a precipitarse aún más y policías y ladrones se enzarzaron en una persecución frenada por una simple avería. Al coche que debía recoger los cuadros y trasladarlos a un lugar desconocido se le pinchó una rueda en plena madrugada y no pudo acudir a tiempo a su cita. "De ahí que halláramos el Volkswagen con todos los lienzos en su interior", señala KIaas Wilting, oficial de prensa de la comisaría de Amsterdam.Según Wilting, los responsables de la compañía de seguridad han declarado desconocer las intenciones de su empleado. Mucho menos las del ex vigilante del museo que participó en los hechos. "Aunque a este último lo detuvimos el pasado lunes, preferimos no decir nada para no entorpecer la operación. El mismo día arrestamos al guarda que estaba en el centro, y ayer, a sus dos cómplices". Los cuatro tienen alrededor de 30 años y son de Amsterdam y Monnikendam, población situada a unos 20 kilómetros de la capital holandesa.
Ronald de Leeuw, director del Museo Van Gogh, señaló ayer que estudiará la posibilidad de iniciar acciones legales contra La Unión Nocturna por negligencia. El centro volvió a declinar ayer cualquier información sobre posibles cambios en su seguridad. "Nunca hablamos de ellos; ni siquiera ahora, que el propio sistema ha resultado una parte esencial en el robo".
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