La reunión sellará el nacimiento de la Conferencia Iberoamericana

., Los 21 países que hoy y mañana asisten a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Guadalajara (México) asumirán el compromiso de constituirse en una Conferencia Iberoamericana de Naciones, figura jurídica que no alcanzará el grado de organización burocrática y que será activada mediante una troika similar a la ya existente en la Comunidad Europea (CE) o en el Grupo de Río, según anunció a este periódico el canciller mexicano, Fernando Solana.

La conferencia carecerá de un secretariado permanente, función que desarrollará anualmente cada país anfitrión, aunque sí dispondrá de grupos de trabajo específicos.

Toma fuerza la vieja aspiración del rey Juan Carlos de agrupar en un mismo foro de debate permanente a los países de lengua española y portuguesa de América Latina y la península Ibérica. México estima que la diversidad de intereses aconseja esta fórmula, que garantiza los mismos resultados que un organismo estructural, pero con más posibilidades de "eficacia y flexibilidad".

El embajador mexicano Alfredo del Mazo, coordinador de la cumbre, recordó ayer que los fuertes vínculos culturales existentes entre todos los países que se reúnen en Guadalajara eran suficiente motivo para haberse encontrado antes; pero "hoy día las condiciones son más propicias, por el avance de los procesos democráticos en la región y porque las condiciones internacionales demandan este tipo de agrupamientos". Y precisó: "La conclusión de la guerra fría y la gran competencia internacional por la inversión y los recursos financieros nos obligan a presentarlos más sistemáticamente y a ofrecer un horizonte más cierto", agregó.

Los acuerdos que se alcancen en esta primera cumbre permitirá al Gobierno español partir de una realidad concreta para celebrar un segundo encuentro en Madrid en julio de 1992.Críticas

Precisamente este acontecimiento viene generando sucesivas críticas entre algunos de los países latinoamericanos que desde hoy acuden a Guadalajara, no sólo por el protagonismo que viene desempeñando España en esa área, sino por el enfoque político e histórico que se ha transmitido desde Madrid sobre la colonización americana.

En este sentido, Fernando Solana manifestó que respetaba el proyecto de España de celebrar el V Centenario, aunque matizó que México entenderá el año de 1992 como "el aniversario de un encuentro entre dos culturas, dos civifizaciones, dos continentes que, a partir de ahí, se enriquecieron mutuamente de una manera muy significativa".