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CUMBRE EN LONDRES

Los 'siete' quieren que la ONU sea "el perro guardián de la paz"

Los años de languidez de la ONU pueden darse por terminados si los siete grandes más la URSS se ponen de acuerdo en ello en Londres. El propósito, según fuentes de la organización de la cumbre iniciada ayer en la capital británica, es convertir a la ONU en "el perro guardián de la paz mundial". Un perro guardián que, si fuese necesario, podría enseñar los dientes. Y usarlos.

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Tras el papel estelar desempeñado por las Naciones Unidas durante la crisis del Golfo, las grandes potencias parecen decididas a otorgar al organismo con sede en Nueva York una mayor capacidad de intervención en los conflictos internacionales, incluyendo aquellos que se dirimen por las armas. Sobre la ONU seguirá recayendo la responsabilidad de poner coto a Sadam Husein.Los máximos dirigentes políticos del Grupo de los Siete (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia) iniciaron a mediodía de ayer su reunión anual, con la ONU como primer punto de la agenda. George Bush, Toshiki Kaifu, Helinut Kohl, François Mitterrand, John Major, Brian Mulroney y Glulio Andreotti , acompañados por el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y por el presidente en ejercicio de la Comunidad Europea, el primer ministro de los Países Bajos, Rutid Lubbers, se sentaron sonrientes a la mesa especialmente fabricada para la ocasión (11 metros de maderas nobles) en uno de los salones de Lancaster House, el palacio decimonónico donde la reina Victoria escuchó una vez el piano de Chopin y donde Garibaldi defendió un día la necesidad de unificar Italia.

Mijaíl Gorbachov no estaba personalmente -llegará esta noche-, pero su ausencia era tan palpable como el corpachón de Kohl.

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El G-7 apoya a Butros Ghali para dirigir la ONU

Viene de la primera páginaEl síndrome Gorbachov se ha apoderado de los líderes mundiales, y la propia Comunidad Europea dijo esperar que la visita del dirigente soviético no se convierta en el único tema de la agenda. Mientras se le espera, el nuevo orden mundial preconizado por George Bush ocupó las primeras conversaciones.

John Major, de nuevo incondicionalmente de acuerdo con las tesis norteamericanas, vio refrendado por unanimidad su propósito de "hacer del mundo un lugar más seguro, más democrático y más próspero donde vivir". Lo cual se conseguirá, según Major, haciendo de la ONU "un organismo pacificador, en lugar de un simple vigilante de la paz". La experiencia de la guerra contra Irak, con la ONU como legitimador de una decisiva y severa intervención armada, ha satisfecho totalmente a los países más ricos del mundo.

Incluso se habló del hombre que deberá manejar la nueva ONU. Un hombre, el sustituto del peruano Javier Pérez de Cuéllar, que debería tener "experiencia diplomática", ser africano -por una cuestión de turnos continentales- y, según fuentes británicas, "conocer bien una región tan compleja como Oriente Próximo". Es decir, se habló de Butros Ghali, viceprimer ministro egipcio que complace a todos los socios del G-7 y que, con el aval de tan influyentes personajes, parece el seguro sucesor de Pérez de Cuéllar. Ghali contaría con un ayudante ejecutivo, con el cargo de vicesecretario, que reforzaría la capacidad de coordinación de la ONU ante los cambios que sacuden al mundo.

Dureza con Sadam

Los siete exigen que Irak cumpla todas las resoluciones de la ONU antes del levantamiento de sanciones económicas, y hablan del derecho del pueblo iraquí a eligir a su líder, indicios claros de que la presión internacional sobre Sadam Husein no va ceder ni un ápice. Fuentes oficiales británicas interrogadas sobre el posible nuevo uso de la fuerza contra Sadam dijeron que se esperará al informe que presente la comisión de expertos de la ONU que visita el país para examinar el hipotético uso militar de los equipos nu cleares iraquíes.

Bush ya ha conseguido el apoyo francés y británico para apretar las clavijas a Sadam y de searía ver a los restantes miem bros del G-7 alinearse con esta posición. Un grupo de exiliados iraquíes se manifestó ayer ante la Embajada norteamericana en Londres para reclamar una ac ción drástica contra el hombre fuerte de Bagdad.

El G-7 procurará esperar has ta el último momento para ha blar de Yugoslavia y tomar una posición conjunta. "El asunto está tan caliente que una declara ción de hoy podría quedar superada mañana", declaró una fuente próxima a los líderes. La voz cantante en la cuestión yugoslava corresponde al italiano Giulio Andreotti, que el domingo presentó a Major un informe previo sobre la situación en el país balcánico, durante una entrevista con té y pastas en el 10 de Downing Street.

Andreotti se mostró partidario de mantener la unidad de la federación y de apaciguar, con ayuda económica, las enconadas luchas nacionalistas. El canciller alemán, Helmut Kohl, simpatizante con la causa secesionista eslovena -muy teñida de progermanismo-, no se muestra demasiado convencido por las tesis de Andreotti e intentará que el G-7 pase de puntillas sobre el problema y ceda a la CE las riendas del conflicto balcánico.

En la jornada de hoy está pre visto que los siete se pongan de acuerdo en qué respuesta dar a la petición de apoyo de Mijail Gor bachov.

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