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Ecología en el cuarto de baño

¿Va usted a ducharse, a afeitarse, a cepillarse los dientes? ¿A efectuar la limpieza del inodoro? ¿O camina simplemente hacia el supermercado para adquirir nuevos productos específicos para este ángulo de la casa? En cualquier caso, recuerde el siguiente dato: según las estadísticas comunitarias, los españoles somos los ciudadanos europeos que más cantidad de detergentes consumimos per cápita y año. No en vano nos gastamos en 1986 la friolera de 150.000 millones de pesetas en jabones y detergentes, además de otros 90.000 millones en productos de perfumería. La tendencia va in crescendo. Y dentro de estos datos, los madrileños estaríamos a la cabeza de la media española...El resumen apresurado de los males ecológicos vinculados al cuarto de baño se centraría esencialmente en torno a los siguientes productos y circunstancias: artículos de limpieza para inodoros y bañeras, papel higiénico, útiles del afeitado, la pasta de dientes, el sobreenvasado de los productos y el consumo de agua y energía.

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Productos peligrosos

Por ejemplo, por nuestos sumideros respectivos se están vertiendo cada año varios miles de toneladas de productos peligrosos para el entorno vital. En su mayor parte son componentes de los propios productos específicamente comercializados para la higiene del cuarto de baño, imperfectamente controlados por parte de la Administración. El olor a limón, tan solicitado en este tipo de limpiadores, suele estar hecho a base de limonero, un producto calificado de cancerígeno; los limpia retretes suelen llevar, en un 85% de los casos, una sustancia llamada paradiclorobenceno, asimismo negativa tanto para la salud humana como para el medio ambiente, además llevan ácido fosfórico, muy preocupante una vez vertido sobre los cursos de agua.

La Agencia del Medio Ambiente madrileña dio ya la voz de alarma a principios de año: las depuradoras de la región experimentan en estos momentos un deterioro acelerado a causa de la irreflexiva costumbre de tirar por el inodoro todos los productos de limpieza que previamente nos han vendido en la tienda. Y aunque no hay que arrojar nunca por el retrete pinturas, barnices, disolventes o aceites, los madrileños también lo hacen en estos casos con gran asiduidad. El resultado sería éste: la casa reluciente, el planeta sucio.. . Una situación grave en la que casi nadie repara, y con el cuarto de baño como protagonista.

Por otra parte, tiramos cada año por el retrete varios cientos de kilómetros de papel higiénico. Es escalofriante el simple cálculo de multiplicar la longitud de cada rollo de papel higiénico por el número de éstos que se usan semanalmente: ¿cuántos grandes árboles del bosque habrá sido necesario talar para solucionarnos tan prosaica función fisiológica?

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La recomendación ecologista es que el papel higiénico debería consumirse en mucha menor cantidad, comprarse siempre a partir de papel reciclado y comprobando en su etiqueta que ha sido blanqueado sin cloro. El blanqueo con cloro produce unas sustancias especiales llamadas dioxinas, las cuales, si se vierten a los ríos, causan unos efectos degenerativos o letales sobre la fauna acuática. El viejo y despreciado papel higiénico tipo Elefante, que no se blanqueaba en absoluto, era desde luego mucho más ecológico que los actuales...

Incluso el champú habrá que usarlo con más mesura, evitando caer en el sobreenvasado, frecuente en este tipo de productos. Y en cuanto al afeitado, recuerden: las maquinillas de afeitar de plástico desechables sólo sirven para crear más basura; mucho mejor las maquinillas corrientes (utilizables sucesivas veces); pero las más ecológicas, las maquinillas de afeitar, si se tiene en cuenta su rendimiento energético. Según los últimos estudios, se consume mucha más energía en fabricar las espumas de afeitar, las latas de aerosol y las hojas de afeitar desechables que en el funcionamiento habitual de una máquina eléctrica. En cualquier caso, la espuma de afeitar envasada en tubo será siempre mucho más amiga del medio ambiente que cualquiera envasada en aerosol. Desde luego, evite las brochas de afeitar con pelo de tejón.

"Amigos del ozono"

En cuanto a los desodorantes y otros productos envasados en aerosoles, lo ecológico es no utilizarlos, aunque ahora se acostumbre a poner en ellos la frase "amigos del ozono". Los desodorantes habrá que comprarlos de bola o en pulverizadores a base de gatillo y bomba. Y por lo que respecta a la pasta de dientes, su problema reside en el óxido de titanio que contienen. Buena para el usuario, pero muy perjudicial para el medio. Por tanto, mejor las pastas de dientes tipo gel, que no usan este producto.

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