Agredido un conductor de la EMT en una de las 'líneas malditas'

Enrique Villarejo, miembro del comité de empresa de la EMT, resultó ayer herido al ser agredido con un punzón por dos jóvenes que habían subido a un autobús de la línea 130 para exigir dinero a los viajeros. Poco después, los conductores de esta ruta detenían los autobuses en protesta por la agresión sufrida por su compañero. La 130 es una de las líneas malditas de la EMT, al atravesar el barrio de La Celsa, uno de los principales focos de venta de droga.

Villarejo había acudido con un compañero a uno de los autobuses de esta línea para informar al comité sobre la situación de inseguridad en la que trabajan los conductores de la 130.Hacia las nueve de la mañana subieron al autobús dos jóvenes, que, acto seguido, empezaron a pedir dinero a los viajeros. Ante su actitud agresiva, Villarejo y su compañero los obligaron a descender en La Celsa. "Una vez en la calle", dijo Villarejo, "uno de ellos me clavó un punzón en el brazo varias veces y me dio puñetazos y patadas en el costado y la cara".

El herido, que fue atendido en la casa de socorro de Vallecas Pueblo, presentó una denuncia en la comisaría de Entrevías. Según el líder de la Plataforma Sindical de la EMT, Pablo Rodríguez Peña, los conductores "vienen a trabajar, pero se juegan la vida". "Este es un servicio para drogadictos", manifestó Rodríguez Peña, "que utilizan el autobús para pincharse las dosis de heroína y, si les dices algo, te amenazan".

El comité de empresa, que viene denunciando esta situación desde el verano pasado, exige protección policial para los conductores y acusa a la dirección de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de "insensibilidad y dejadez de funciones".

Tomás Burgaleta, gerente de la EMT, calificó de "absolutamente injustificada" la detención de la línea, que presta servicio a unos 5.000 ciudadanos. Rodríguez Peña anunció que el próximo fin de semana se mantendrán los paros en las rutas con autobuses sin refrigeración.