El Gobierno federal pide una tregua de tres meses para evitar el derramamiento de sangre
El primer ministro yugoslavo, Ante Markovic, propuso ayer, en un intento de detener el desencadenamiento de la guerra civil, la suspensión durante tres meses de todas las medidas adoptadas durante los últimos tiempos por las repúblicas que hasta ahora han compuesto la federación yugoslava. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas yugoslavas tomaron anoche la mayoría de los puestos fronterizos entre Eslovenia y Austria, Italia y Hungría. La operación, iniciada a las 2.45 del jueves con la salida del primer convoy de tanques de la base militar de Vrhnika destinado a ocupar el aeropuerto civil de Brnik de Liubliana, duró todo el día. Hubo muertos y heridos, pero se desconoce aún su cifra exacta.
El plazo de tres meses, según Markovic, permitiría una vuelta a la normalidad para evitar el derramamiento de sangre y buscar una "solución pacífica y democrática a la crisis yugoslava".La Defensa Territorial eslovena (ejército republicano) y la policía construyeron las barricadas con remolques, maquinaria agrícola y de construcción, coches y autobuses para impedir el paso del Ejército. Sin embargo los tanques arrasaban destruyendo todo a su paso. Cuando las barreras resultaban insuperables -convoyes de remolques- el Ejército comenzó a enviar helicópteros y aviones para transportar a los policías federales y a los militares cuya tarea era precisa: asumir el control de los puestos fronterizos, declarados eslovenos y que hasta el martes eras yugoslavos.
En Ormoz, el Ejército disparó, cohetes en contra de los remolques y los trenes que hacían de barricadas. Varios camiones explotaron. Un oficial federal murió y cuatro personas resultaron heridas.
En Cesta Na Rozno Dolino (Camino hacia el Calle de las Rosas), una calle arbolada en la zona residencial de Liubliana, la Defensa Territorial derribó un helicóptero que transportaba alimentos para las tropas. Dos pilotos carbonizados cayeron en medio de los palacetes.
A una decena de kilómetros de Litibliana, en Ig, otro helicóptero militar fue abatido.
Por la mañana, la vida en Liubliana seguía su curso normal. Sólo los vuelos de los Mig y los helicópteros alteraban la paz ciudadana. Sin embargo, conforme avanzaba la tarde y se oían las primeras noticias acerca de los combates en diferentes puntos de Eslovenia, la ciudad adquirió un aspecto fastasmal. Las calles se vaciaron de peatones y todas las entradas en la ciudad fueron bloqueadas pot remolques y autobuses del transporte urbano.
El primer ministro esloveno, Lojze Petrele, recibió ayer por la mañana un telegrama del general Konrad KoIsek, comandante del V Distrito Militar, que abarca Eslovenia y Croacia, con el siguiente mensaje: "Los confines de la república socialista federativa de Yugoslavia serán defendidos (...). Actuaremos según las reglas de combate. Toda resistencia será aplastada".
Las barricadas -camiones, cisternas llenas de gas y gasolina, maquinaria agrícola- estaban desplegadas ya por toda Eslovenia cuando el presidente de esta república, Milan Kucan, se dirigió a la nación pasadas las nueve de la mañana. "Eslovenia responderá a la agresión utilizando todos los medios a su alcance para defender su soberanía. La presidencia eslovena ordenó a la defensa territorial el uso de armas para proteger los edificios de importancia vital y las comunicaciones".
Mientras tanto, los aviones tipo Mig de las Fuerzas Armadas sobrevolaban Liubliana y el territorio de Eslovenia, bombardeando con octavillas, como en tiempo de guerra. "Ciudadanos de Eslovenia, el Gobierno federal, siguiendo sus competencias constitucionales, decidió que el Ministerio de Interior federal y las unidades de las Fuerzas Armadas tomarían el control de los confines del Estado (...). La integridad territorial de Yugoslavia está amenazada, así como la paz y la seguridad ciudadana (...). Quédense en sus casas y puestos de trabajo".
La población eslovena, aislada del mundo exterior y de Europa occidental, dos días después de su decisión de entrar en el mundo europeo como una nación independiente y soberana, estaba consternada. No creían que el Gobierno federal fuera capaz de tomar una medida tan drástica. "Nosotros nunca hemos agredido a nadie", dice Stefan, estudiante de ingeniería de 20 años. Sin embargo, el Ejército estaba dispuesto a seguir. las órdenes hasta el final. Hacia la media tarde se produjo el primer conflicto entre la Defensa Territorial y el Ejército, cerca de la localidad de Ormoz. Cayó el primer soldado.
[Por otra parte, la embajada de España en Belgrado informó que la colonia española en Yugoslavia está localizada y no corre riesgos. El grupo folclórico murciano Arena Teatro, al que el estallido de la crisis sorprendió en Zagreb, viajaba en la madrugada de hoy a Belgrado para tomar un avión con destino a España, informa Europa Press.]
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