"Mi entrega es un acto de paz" dijo el 'narco' Escobar al llegar a la cárcel
"Mi entrega es un acto de paz". Esto dijo Pablo Escobar a Luis Alirio Calle, el único periodista testigo del momento en que el jefe del narcotráfico colombiano voluntariamente se sometió a la Justicia. Luis Alirio, director del noticiero regional de televisión, se convirtió ayer en un periodista perseguido por sus colegas de todo el mundo. Por él se conocieron detalles de lo que ha sido calificado como uno de los hechos más importantes de los últimos tiempos en este país.
A la cinco de la tarde del pasado miércoles, un helicóptero apostado desde la mañana en el helipuerto de la gobernación de Antioquia, en pleno centro de Medellín, partió con rumbo desconocido. Minutos después aterrizó en un sitio abierto, al sur de Medellín; allí estaba Pablo Escobar y, dos de sus hombres. Subieron rápidamente al helicóptero y unos minutos después los tres miembros del cartel de Medellin estaban tras las rejas. Pablo Escobar se convirtió así, de ser el hombre más perseguido por los organismos de seguridad, en el recluso más cuidado de Colombia."Lo primero que hizo Escobar al llegar al penal, ubicado en una montaña cercana a Envigado, fue abrazar a las personas que estaban allí, entre ellas su madre y su esposa", contó Luis Alirio. "Luego vació su pistola nueve milímetros y la entregó al director de la cárcel". Escobar se negó a aceptar filmaciones o fotos. "El quiere, por razones de seguridad, que se respete su imagen", indicó el director de instrucción criminal, Carlos Eduardo Mejías, funcionario que tuvo a su cargo formalizar la entrega del jefe del cartel de Medellín. Sólo se sabe que el hombre que se entregó ayer es el mismo Pablo Escobar que todo Colombia conoce, pero con una barba larga y negra. "A lo Fidel [Castro]", como la describió el sacerdote Rafael García Herreros, artífice de esta rendición.
"A siete años de persecución, de atropello, de luchas, deseo sumarle todos los años de cárcel que sean necesarios para contribuir a la paz de mi familia, a la paz de Colombia", dice el comunicado que entregó Escobar minutos después de convertirse en preso voluntario. Agrega, que con su sometimiento rinde homenaje a sus padres, a su esposa, "a mi hijo pacifista de 14 años, a mi bailarina sin dientes de siete años".
En el mismo comunicado, el narcotraficante niega su vinculación con los asesinatos de los dirigentes de izquierdas Eduardo Jaramillo, Carlos Pizarro y José Antequera, y el del candidato presidencial Luis Carlos Galán. Asegura, que "los enemigos de la paz" son quienes están detrás de estos crímenes atribuidos a él. 'Los enemigos de la paz aún acechan; acabo de llegar a la cárcel y ya están diciendo que voy a delinquir desde allá", agrega el comunicado.
La entrega de Pablo Escobar se produjo cinco horas después de que la Asamblea Nacional Constituyente eliminara de la legislación colombiana la extradición, el castigo más temido por los narcotraficantes. Sin embargo, Escobar le dijo a Alirio Calle que su entrega fue un acto independiente de esta decisión de la Asamblea. "Decidí entregarme cuando vi que la Asamblea estaba trabajando por el fortalecimiento de los derechos humanos y de la democracia en Colombia".
Dos horas después de que Pablo Escobar llegara a la que será, según cálculos de muchos juristas, incluido el ministro de Justicia, su vivienda enrejada durante los próximos ocho años, el presidente de Colombia, César Gaviria habló por radio y televisión al país. "Ni Escobar ni quienes se han sometido voluntariamente a la justicia a su lado, recibirán un tratamiento distinto al previsto por las normas vigentes", dijo el presidente. Luego respondió con seguridad y claridad todas las preguntas formuladas por numerosos periodistas. "No negociamos con los narcotraficantes, seguiremos la lucha contra los carteles de la droga, la comunidad internacional debe asumir las responsabilidades que tiene en la lucha contra el narcotráfico; confiamos en que la justicia colombiana va a operar, estamos obligados a hacerla operar", fueron algunos de los puntos que recalcó el primer mandatario.
Gaviria lucía contento y tenía razón para estarlo. Este presidente logró lo que hasta hace poco era considerado como una utopía: colocar tras las rejas al hombre que según las autoridades tiene la más larga y variada lista de crímenes a sus espaldas.
La política de César Gaviria, conocida popularmente como la de la zanahoria y el garrote (por un lado ofrecer incentivos para quienes se entreguen y confiesen sus delitos, y por el otro perseguir a quienes insistan en permanecer al margen de la ley), ha dado los mejores resultados. La cúpula del cartel de Medellín, casi en pleno, está hoy en prisión.
EE UU "observa atentamente"
Lo que más se teme en este momento en Colombia es a la actitud que asuma Estados Unidos. "El Gobierno de George Bush preferiría que Pablo Escobar fuera llevado a los Estados Unidos para ser procesado, y observará atentamente si recibe el castigo adecuado en Colombia", afirmaron ayer fuentes de la Casa Blanca.La entrega de Pablo Escobar produjo un alivio general en este país, cansado ya de tanta violencia. Son muy pocos los que se muestran descontentos con este final que permite que la cabeza del llamado narcoterrorismo haya pasado ya su primera noche en una amplia celda de una cárcel estratégicamente situada. Entre ellos está el diario El Espectador. A seis columnas tituló en su primera página de ayer: Ganó el terror.
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