Protesta gitana
La firmante de este escrito es miembro de la junta directiva de la Asociación Gitana de Zaragoza, y en EL PAÍS del pasado 25 de mayo hemos leído con auténtico dolor e impotencia la noticia titulada Desarticulada una red de traficantes camuflada en la cría de caballos, y en ella: "Una banda de traficantes de heroína y cocaína que operaba...", e insertas en el texto, las frases: "Diez personas de etnia gitana han sido detenidas..." y "Donde un grupo de personas de etnia gitana...".Consideramos que para la intelección de la noticia en cuestión no hacía falta remachar la connotación, en este caso peyorativa, de la raza a la cual pertenecen los delincuentes. Ni tampoco poner el nombre y los apellidos del cabecilla, Rafael Heredia Romero, de 36 años, y otra vez Heredia Romero, cuando a continuación mencionan al resto con las iniciales.
Esto no sólo es muy doloroso, sino intensamente perjudicial para todos los gitanos, puesto que los ciudadanos no piensan que dentro de los gitanos, como entre los payos, hay delincuentes, y hay honorables y laboriosos ciudadanos que, a pesar de la discriminación y las durísimas condiciones de vida, agravadas por la marginación, consiguen dignamente el pan diario para su mujer y sus hijos. Pero meter a todos en la misma adjetivación, como se hace en esta noticia, trae como consecuencia que se piense que todos los gitanos son narcotraficantes, drogadictos, delincuentes, etcétera.
Que un periódico como EL PAÍS, en su edición nacional, inserte una noticia con las caracte rística que señalamos, dada la trascendencia y significado del periódico, tiene para nosotros un sentido altamente negativo y un obstáculo insalvable para el desarrollo e integración de nuestro pueblo. Estamos orgullosos de ser gitanos, como estamos orgullosos de ser españoles, y lo somos, al menos en la letra, de pleno derecho.
Así como ustedes, en la Constitución (artículo 24.2), tienen derecho a la presunción de inocencia, a nosotros, en la dura realidad diaria, se nos reconoce la presunción de delincuencia. Y en la misma Constitución de 1978 (capítulo 2º, Derechos y libertades, artículo 14) se dice: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de naqmiento, raza...". Luego EL PAÍS, en el caso que nos ocupa, lamentándolo muchísimo, dando la noticia mencionada de la forma como lo hace, está haciendo racismo.
No pedimos ejercer el derecho de réplica ni tampoco que inserte nuestra carta en el periódico; queremos que se dé cuenta de la grave trascendencia que tienen para nosotros noticias así redactadas, y que, por favor, curse una circular a la Redacción para que a partir de ahora se nos trate como a los demás españoles, y de acuerdo con el mencionado artículo 14 de la Constitución.
Y como EL PAÍS no deja de ser protoejemplo del periodismo y el periódico más leído en España, podía exponer este mismo lamento profundo, desde nuestra radical impotencia y marginación, a las demás publicaciones para que en lo sucesivo se nos considere como personas y con unos derechos inalienables que en la realidad no se nos reconocen.
Estas noticias exacerban y ahondan el racismo antigitano y nos recuerdan a La gitanilla, de Cervantes, uno de los genios más preclaros de la literatura universal y, por ende, de las letras españolas, y que, sin embargo, es la obra racista por antonomasia. Por favor, ayúdenos a los gitanos para ingresar en la sociedad y que no prosiga la marginación que padecemos desde siglos.-
Presidenta de la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza.
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