Leningrado desea recuperar el nombre de San Petesburgo que le puso el zar Pedro I
La mayoría de los habitantes de Leningrado se pronunciaron a favor de devolver a la segunda ciudad de la URSS el nombre de San Petesburgo que le diera el zar Pedro I en memoria del apóstol San Pedro, al fundarla, en 1703, como capital del imperio ruso y "ventana hacia Europa".
Datos provisionales, citados por la agencia Tass, indicaban que aproximadamente el 55% de los leningradenses están a favor de restituir el nombre original, sustituido por el de Petrogrado (una rusificación patriótica de la terminación alemana al iniciarse la Primera Guerra Mundial) en 1914 y por el de Leningrado en 1924, en memoria de Vladimir Hich Lenin, fundador del Estado soviético.La campaña por San Petesburgo fue iniciada en 1985 por el movimiento ciudadano en la villa, que tiene aproximadamente 5 millones de habitantes. El tema se convirtió en una batalla ideológica que ha dividido a la sociedad, desde Mijaíl Gorbachov hasta el patriarca Alexei II, en dos bandos enfrentados. El alcalde de Leningrado, Anatoli Sobchak, había manifestado que no daba importancia política al cambio, pero el Sóviet Supremo de la URSS dirigió un llamamiento a los leningradenses pidiéndoles que no tomaran tal decisión. "¿Cómo se puede anular de la memoria de nuestro pueblo el hecho de que precisamente en vuestra ciudad comenzó la Revolución de Octubre y nació un nuevo estado soviético?", inquina el mensaje del Parlamento de la URSS.
La postura de Gorbachov
Gorbachov, sin mencionar la Revolución de Octubre, asoció el nombre con el bloqueo y la II Guerra Mundial. Ninguna de estas dos cosas salvó la memoria de Lenin -un "estuche ideológico", según un portavoz del patriarca Alexei II- y quién sabe si jugó en su contra. El presidente soviético recordó en unas declaraciones publicadas en el periódico Pravda que el nombre de Leningrado responde a una decisión del Segundo Congreso de los Sóviets, que "expresó la voluntad de los pueblos de todo el país" y señaló que "no existe ni base moral ni política para su cambio". El PCUS llevó a cabo una enérgica campaña en "defensa de Leningrado". Según Tass, los resultados del referéndum no tienen "fuerza jurídica".
Los leningradenses votaron también (un 65,5% de los votos emitidos, según datos provisionales) para que Anatoli Sobchak, el actual alcalde, continúe en este puesto, desde el cual trata de convertir la ciudad en una zona económica libre. Su contrincante, Yuri Sevenard, obtuvo el 26%.
En Moscú, el economista Gavril Popov, de 55 años, se confirmaba como alcalde de la capital al lograr el 65,11% de los votos. Su principal contrincante, el primer vicepresidente del Comité Estatal de Construcción de Maquinaria, Valer¡ Zaikin, logró el 16,34% de los votos.
El historiador Yuri Afanasiev, director del Instituto de Archivos Históricos de Moscú, logró un escaño en el Parlamento ruso al vencer en un distrito de la capital a Iván Antonovich, ideólogo y miembro del Politburó del Partido Comunista Ruso, que logró el 14%. Antonovich, un buen orador y un cultivado polemista, es uno de los mejores dirigentes del Partido Comunista Ruso y es historiador, especializado en "desenmascaramiento de la ideología burguesa".
En Tatarstán, el 35,3% del electorado participó en las elecciones a la presidencia de Rusia. De esta cifra, aproximadamente el 60% votaron por Yeltsin. El diputado Vladimir Lopatin, que actuaba como observador, protestó ante el Sóviet Supremo de la URSS, porque la radio de Tatarstán exhortó a participar en las elecciones a la presidencia de Tatarstán y a no participar en las elecciones a la presidencia de la república rusa.
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